jueves, 7 de mayo de 2009

“Theurgia general y específica” – 1747

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Hace poco tiempo en el blog de “Marcas Tipográficas” venía un artículo sobre las exposiciones en la Biblioteca Histórica Marqués de Valdecilla, en la Universidad Complutense. En dicho artículo se enlazaba con la web de esta biblioteca y a través de ella se puede acceder al histórico de exposiciones; que por cierto es un placer dar una vuelta virtual por todas ellas y observar las distintas joyas bibliográficas que se exponen. Del 15 de Enero al 28 de Febrero de 2007 tuvo lugar la exposición denominada “La Biblioteca Mágica”. Entre los libros allí expuestos se encuentran tres títulos parejos a los de mi biblioteca, la “Philosophia Secreta” de Juan Pérez de Moya, la “Magia natural” de Hernando Castrillo y la “Theurgia General” de Juan Bernardino Roxo. Creo que a cualquier bibliófilo le puede llenar de orgullo ver como sus libros, sus títulos, se muestran en exposiciones monográficas de esta categoría.

Antes de continuar os voy a contar una breve anécdota, que sirve de preámbulo a la presentación de este libro.
Entre otras cosas me gustan los minerales, son pequeñas maravillas de la naturaleza, sus colores y formas caprichosas son ejemplos diminutos de las bellezas que nos regala la Tierra. Por otro lado y en general, son pequeños, fáciles de manejar y es una delicia contemplarlos, admirar sus colores y formas. Y en ocasiones al incidir sobre ellos un rayo de luz desprenden hermosos destellos que hechizan. Claro está también me preocupa su origen, composición, estructura cristalina, etc.
En Valencia se celebra en el mes de noviembre una feria de minerales, en un hotel de la ciudad, donde se reúnen comerciantes y coleccionistas. El salón se queda pequeño y entre tanta geoda, piedras preciosas, fósiles y la enorme cantidad de focos que alumbran los puestos, da la impresión de encontrarte en una escondida cueva de la Arabia Feliz, donde algún pequeño califa ha escondido sus tesoros. De manera que andaba yo merodeando entre los puestos buscando alguna piedra llamativa y me paré ante un tenderete que tenía trozos de meteoritos de diversos tamaños. El vendedor que no había vendido demasiado esa mañana atendió a una chica que estaba a mi lado. La chica, interesada por los meteoritos, le consulto acerca de las propiedades de estos. El vendedor le dijo que era una aleación níquel-hierro con una estructura cristalina. La chica le dijo “no, no… me refiero a las propiedades curativas, si viene de las estrellas… ¡tendrá propiedades maravillosas! El vendedor le respondió “Usted cree que si las piedras preciosas, minerales y meteoritos tuvieran algún tipo de propiedades ocultas, ¿no me habría beneficiado ya de ellas, al estar continuamente en contacto con gran variedad y cantidad de piedras? La chica se dio media vuelta y se fue. El vendedor enfadado me dijo “Si le hubiera dicho que comprando un gran meteorito, su suerte crecería en relación a su tamaño, le hubiera vendido un buen ejemplar”

Pues este libro tiene parte de culpa en todo esto, tan habitual en nuestros tiempos. Remontándonos a siglos pasados, la visión mítica de las piedras preciosas, relacionada con la astrología, no acaba con la llegada de lo que podríamos considerar ya como ciencia, en el Renacimiento. Por el contrario, a lo largo de los siglos posteriores podemos encontrar múltiples libros en los que una parte importante de su contenido está dedicado a las "piedras", preciosas o no, consideradas desde el punto de vista de la "magia natural". Las fuentes de información en las que se apoyan estos libros son los autores grecorromanos, aderezados con las fantasías que iban incorporando los distintos autores filosóficos cristianos (como San Isidoro) y los lapidarios medievales.

Existe algún ejemplo anterior a la publicación de la “Theurgia”, como la obra de Gaspar de Morales “Libro de las virtudes y propiedades maravillosas de las piedras preciosas”, publicado en Zaragoza en 1605. Trata de las piedras fundamentalmente desde el punto de vista medicinal, basándose en los lapidarios medievales (Marbodeo y Camilus Leonardus) y en Agrícola. Su visión astrológica, o alguna de sus interpretaciones bíblicas, hizo que fuera incluido en el Índice de libros prohibidos. Igualmente podemos citar la popular obra de Jerónimo Cortés “Fisonomía y varios secretos de naturaleza” publicado inicialmente en Valencia en 1594, reeditada varias veces en los años siguientes, incluso en pleno siglo XIX. Libro que es una amalgama de recetas domésticas, trucos de juegos de manos y mitos absurdos, tomados de Aristóteles, Plinio, Alberto Magno o Aranda. De todos modos, aunque carece de interés científico, siempre puede encontrarse un dato anecdótico real, como la presencia de "jacintos", es decir, granates, junto a una fuente en las afueras de Toledo.
Lo mismo que el libro de Gaspar de Morales, el de Cortés tuvo problemas con la inquisición siendo también expurgado en 1741.



Otros libros en los que se trata también de piedras preciosas de la misma forma son el de Hernando Castrillo, “Historia y magia natural, o Ciencia de la filosofía oculta”, siendo la primera edición de 1649 por Diego Pérez Estupiñan en Trigueros. El último en el XVIII, es el que hoy nos ocupa, el de Juan Bernardino Roxo,“Therurgia general y específica de las graves calidades, maravillosas virtudes y apreciable conocimiento de las más preciosas piedras del universo” publicado en Madrid por Antonio Marín en 1747 en 4º, 36h + 343 Págs.

Hasta el siglo XIX, la mayor parte de los escritos españoles sobre gemas se encuentran como capítulos dedicados a las piedras preciosas en las obras de "magia natural" o de "secretos de naturaleza".

Del autor poco sabemos. Consultando en la Enciclopedia Universal Ilustrada Europeo-Americana Espasa Calpe, nos dice que “fue un escritor español del XVIII, residente en Sicilia. Escribió dos obras escénicas, tituladas respectivamente: “El amor correspondido sin poder lograr su centro” (Mesina, 1713) y “El esclavo de María”, y el libro “Ilustraciones varias” que citó Clemencín en sus notas al Quijote. Este escritor cultivó también la poesía.” Me llama la atención que no se cite la Theurgia en la Espasa.
En la portada del libro nos dice, “Juan Bernardino Roxo, Capellán Mayor Jubilado , Delegado Apostólico, con facultades de Vicario General de los Exercitos Cathólicos en las Expediciones de Orán, penúltima de Italia, y electo que fue para la que se hacía en Mallorca en el año de 1740 e Inquisidor en ellos, etc.”
La obra “Theurgia General” aparece en varias bibliografías: Palau 276.251, Bibliografía Mineral , 1871-2 de Maffei & Rua Figuera y Gemology Bibliography de Sinkankas, 1993. nº 5599.



Paso a relataros el contenido de este libro y algunos detalles curiosos. El autor lo que realmente a hecho es una recopilación del tema, sacando información de muchos autores, que va indicando en apostillas marginales. Realmente en la cuestión de las piedras, no aporta nada nuevo pero Roxo se aplica lo de que “Si copias un libro de un solo autor es plagio, pero si copias de muchos es investigación”.
Lo primero que aparece en los preliminares después de la portada es la dedicatoria del libro, que va dirigida a, resumiendo, Dña. María Spinola y Sylva, Condesa de Siruela. Graciosísima carta en la que después de subrayar la importancia del linaje de la señora, pasa a enumerar virtudes varias, misericordia, nobleza, valor, justicia, etc. Y luego dice “En consecuencia de que la cierta, y mas firme nobleza, consiste en poseer, y practicar las ya referidas cinco virtudes, sería conveniente reconocer, por algún indicio, las personas más aptas para ejercerlas; y así digo, que de la excelencia de la hermosura, composición del cuerpo bien formado, y perfectamente de buena estatura corporal, es indicio, y argumento fuerte de la bondad interior, y del valeroso ánimo,” y así continúa haciendo un discurso que se podría resumir en “que s e mueran los feos”. Por lo visto el dicho inquisidor , Don Juan Bernardino, estaba prendido de la hermosura de su mecenas, incluso hace hincapié en ello más adelante.
Continua con dos aprobaciones, dos licencias, “Tabla de los Ordenes contenidos en este Libro”, “argumento y observación que podrá tener el piadoso, prudente y cortesano lector” y para terminar los preliminares, una “carta admirable y digna de toda consideración” y después de tan largos preámbulos empieza el Orden primero. El Libro está dividido en XXIII Ordenes (capítulos), cada Orden en noticias, y cada párrafo está numerado consecutivamente al igual que las noticias, desde el primer Orden al último con un total de LXXIII noticias y 257 párrafos. Esto en la parte dedicada a las piedras, en las que se numeran algunas conocidas, otras con nombres arcaicos y otras desconocidas, así habla del diamante, esmeralda, jaspe, jacintho, Onyx, piedra iman, piedra coral, etc. O la Amethysto, Piriter, Eliotropi, Selenite, etc. Y otras más fantásticas, piedras Bezar , anillo de Giges, piedra de los dragones, piedra de música, piedra de sabor de comida, piedra del sol, etc. Hay otros capítulos dedicados a los espejos, a las tazas y vasos de los agüeros, de los prodigiosos colosos y estatuas, sepulcros y exequias de la antigüedad, de los significados de los colores, de las banderas e incluso un Orden dedicado al desastroso final de famosos hombres.


Roxo utiliza, como he dicho antes numerosa bibliografía para la confección de su obra. Entre ellas hay algunas conocidas como “Historia y Magia Natural” de Castrillo, que es utilizada innumerables veces a lo largo de su libro y realmente calca sus citas, otras obras utilizadas son el “Dioscórides” de Laguna,“Secretos de la Naturaleza” de Jerónimo Cortés, “Theatro de los Dioses” Fr. Baltasar de Vitoria, Plinio, Arnaldo de Vilanova, Schedel, S. Isidoro, Félix Palacios, etc. Luego me llama la atención dos obras utilizadas, según Roxo “Recreación de Curiosos” del Abate Diego de Zúñiga, que es una obra en italiano de este jesuita titulada “La Ricreazione de’ Curiosi” 1706. Palau 381592. Otra obra muy citada y utilizada es la de Cesar de la Rivera “Mundo Mágico”, esta me ha costado más trabajo averiguar algo de ella, pero al final se trata de Cesare della Riviera “ Il mondo magico degli heroi, nel quale con inusitada chiarezza si trata qual sia la vera Magia naturale e como si posa fabricare la Pietra de’ Filosofi, unico instrumento di tale scienzia, narrandosi ad uno gli mezzo un perfecto Heroe” Francesco Osanna, Mantua, 1605.
Cesar de la Rivera (1538-1620) es considerado un hermetista tremendamente oscuro y de difícil lectura, a pesar de los esfuerzos que hizo Julius Evola, en el estudio introductorio de su reedición, en 1932. Esta obra también se hallaba en la biblioteca del oscense Juan Vicencio de Lastanosa, erudito, coleccionista, mecenas, intelectual, amante de las ciencias y curioso de la Alquimia, junto con otras obras herméticas.



Cuando termina Roxo sus disertaciones acerca de las propiedades de las piedras, nos regala el “Discurso Giganteo, dividido en dos consideraciones y estas en vetinocho excessos” Curiosa exposición sobre gigantes y enanos, tratado de forma anecdótica y no como un tratado escabroso de teratología.
Termina la obra con una narración, que no viene al caso, titulada “Vida y sucessos del fingido Obispo Griego Francisco Camacho”, chocante narración aventurera de un iletrado que debidamente entrenado se hace pasar por Obispo, realizando todos los menesteres de su condición, recorriendo toda España hasta que lo pillan en Sevilla, Según el autor los hechos son verídicos y el protagonista terminó trabajando de lacayo en casa de la familia del autor.

Como veréis libro curioso de principio a fin.