sábado, 29 de noviembre de 2008

“Historia de la Oceania T.II y T.III - IV - 1846”



No puedo, ni debo, alargar exageradamente el espacio dedicado a esta gran obra del XIX. Gran obra no tanto por motivos bibliofílicos, sino más bien por motivos temáticos, ya que es una de las mejores obras sobre Oceanía y los Mares del Sur de esta época en España. Tanto es así que encontramos ejemplares de esta edición española precisamente en alguno de los lugares citados, como la Universidad de Manila y la Biblioteca Nacional australiana.



Aun así, no alargaré el espacio dedicado a ella en este blog, precisamente por esto, por lo exhaustivo de su tratamiento; podría llegar a aburrir al desocupado lector. Por eso reuniré en este artículo la explicación del resto de la obra, que comprende tres tomos encuadernados en dos volúmenes.



En el segundo tomo, trata ampliamente de las islas Hawai, que aquí denomina islas Sandwich o Hauai. Fueron descubiertas de forma casual por el capitán Cook en 1778. Por lo qué las historias e información aquí narrada, acontecieron como muy pronto entre siete décadas y unos pocos años antes de ser escritas por Rienzi. No mucho para aquella época. De Hawai, además de darnos una detallada información de su geografía, narra su religión, su gobierno, sus costumbres, lengua y literatura, trajes, adornos, comida, ejército, etc. Tenemos en el texto hasta una noticia bibliófila, dice lo siguiente: “En 1822 se imprimió el primer libro hauaiano. Era un ensayo de gramática en el que se seguían los principios ya adoptados para las lenguas de Taití y de la Nueva Zelanda. Desde entonces ha progresado la imprenta en términos que, diez años después, en 1832, habían salido de las prensas 166.000 ejemplares en seis meses. Las obras más esparcidas eran: la Historia de la Biblia, los Elementos de Aritmética, el pan cotidiano, varios libros sacados del Antiguo Testamento y del Nuevo, Un Tratado sobre el Matrimonio; Cuestiones de Geografía, todos impresos y distribuidos en gran número”.




Continua este tomo con capítulos dedicados al gran archipiélago de las Carolinas, al archipiélago de Nuka-Biva o Marquesas de Mendoza, al Archipiélago de Pomutú y el Archipiélago de Taití. Como en capítulos anteriores con todo lujo de detalles en las descripciones geográficas, históricas y etnográficas.



Como curiosidad veamos un detalle de un largo capítulo dedicado a los sacrificios humanos en Taití: “Los que debían ser las víctimas de aquel horroroso sacrificio ignoraban el fallo pronunciado contra ellos, como que no lo sabían hasta el momento de recibir el golpe mortal. Cuando uno de los grandes jefes juzgaba necesario un sacrificio humano, el mismo señalaba al desdichado a quién debían sacrificar; llamaba enseguida a alguno de sus servidores, quienes se precipitaban de improviso sobre la victima y la remataban a palos y pedradas. Llevaban la noticia de la muerte al rey, cuya presencia era de todos modos imprescindible en las ceremonias que seguían al sacrificio.” Así se las gastaban en las islas que tiempo más tarde sirvió de inspiración al post-impresionista Gaugin.

Este segundo tomo contiene 2 mapas, 68 láminas y 387 Págs. Al final hay una nota que pone: “Nota. La Pauta para la colocación de las láminas de este tomo y del primero se darán al fin del tercero, que será el último de la historia de la Oceanía”. Lo que implica que la obra posiblemente se fuera vendiendo por entregas para posteriormente encuadernarlo. Eso explica dos cosas, algún error en la colocación de las láminas y que los dos últimos tomos se encuadernaran juntos.
En el tercer tomo habla del Archipiélago de Samoa, de Nueva Zelanda, de Tokopia y las islas Viti o Fitgi (islas Fidji)



Hay unas interesantes reflexiones acerca de las tierras polares antárticas. Comenta que no se ha pasado más allá de los 74 grados sur y dice: “Así que es el hombre que observa en los recónditos ámbitos de la inmensidad de los cielos, algunas estrellas apenas perceptibles, no podrá nunca llegar a conocer aquellas partes de nuestro globo; el imperio de la muerte tiene fijado allí su asiento; la vida no se atreve a penetrar en él, y hasta el presente no ha sido dado a ningún mortal poder contemplar los temibles y vedados misterios que allí tienen lugar”.




El capítulo dedicado a la antropofagia casi mejor que no os lo cuente. También se recrea el autor en las liberales costumbres sexuales de los polinesios, aunque al final siempre ejerce un juicio de rigor.
Contiene el tercer tomo un mapa, 72 láminas y 300 Págs.


Por último el cuarto tomo, incluido en este tercer volumen habla de Melanesia (Papua-Nueva Guinea), gran archipiélago de Nueva Bretaña, Nueva Irlanda, Archipiélago de las Nuevas Hébridas, Australia o Nueva Holanda, Tierra y Puerto del Rey Jorge, Tasmania y por último unas referencias a Madagascar, Malaca e isla de Thai-Uan o Formosa (Taiwan). Es llamativo leer, que los habitantes de Thai-Uan habitan en chozas de bambúes, no gastan sillas, ni camas, ni mesas, ni mueble alguno. Cabe destacar dentro de las descripciones detalladas sobre todos los temas anteriormente dichos, comunes al resto de la obra, la historia natural de Australia. Se detallan descripciones de Kángarus, Kula (Koala), zorros voladores, emús, equidne, etc.

Este tomo contiene 77 láminas y 339 Págs., incluyendo además del propio índice una tabla de las materias contenidas en la Historia de la Oceanía y un índice de pauta de la colocación de las láminas.

2 comentarios:

Diego Mallén dijo...

Buenas noches Lamberto, recién llegado de Venecia y acudo a leer tus nuevos comentarios.
Saludos bibliófilos y nocturnos,
Diego.

lamberto palmart dijo...

Un elogio tu asiduidad a mi blog.

Saludos bibliófilos