domingo, 4 de mayo de 2008

El Espectáculo de la Naturaleza-II, 1785




Siempre he dicho que el hojear un libro antiguo, es lo más parecido a la versión asequible de la máquina del tiempo. La efectividad de esta maquina es directamente proporcional al estado de conservación del libro. A mejor estado más te puede imbuir el efecto espacio-temporal. Y precisamente este libro es uno de los que mayor juego me puede dar para conseguir este efecto. Las descripciones que hace de animales y plantas, son prácticas, descriptivas y sencillas; situadas en el marco que las contemplaba en aquella época. Y el estado del volumen es satisfactorio. Así, que muchas veces me han dado ganas de coger el libro bajo el brazo e irme, justo ahora en primavera, al Jardín Botánico. Que pienso que es el marco ideal para dedicarle un rato a su lectura y experimentar las mismas sensaciones que pudo tener su primer lector. Tal vez un día lo haga.

Como os he dicho este libro trata de animales y plantas. Los dos primeros diálogos los dedica a los “Paxaros”. En ellos hace descripciones de los rasgos comunes a todas las especies, así como características de la fisiología de ellos. Seguidamente nos da a conocer algunas especies que considera características del entorno europeo, ánades, gorriones, ruiseñores, garzas, cigüeñas, etc. Y luego nos enseña algunas poco conocidas como el avestruz y el colibrí de las que acompaña grabados. Como curiosidad, al final del primer diálogo plantea la posibilidad del vuelo del hombre. Y de modo premonitorio el Caballero de Brevil dice textualmente “….esta invención nos ahorraría muchos trabajos, se instruiría uno mas presto de quanto deseara saber; y como hallada ya una pequeña machina, se podría bien presto fabricar otra mayor; no solamente se atravesaría el ayre, pero se transportarían por él mercancías. De aquí el Comercio….”. Al final el Prior deshace el tema, diciendo que la Providencia no lo permite porque sería desastroso para el hombre, ya que cualquiera podría entrar volando por la ventana de nuestro hogar. De manera que el hombre se tendría que ir a vivir a riscos, grutas y atalayas, entre otros curiosos motivos. Un pequeño desvarío o miedo al progreso.




Por lo que respecta a los animales terrestres y a los peces, hace una mezcla curiosa porque incluye entre estos últimos a toda suerte de animales acuáticos, cocodrilos, tortugas, hipopótamos, ballenas, etc. Nos cuenta las particularidades de los peces y sus mecanismos para nadar, aletas, vejiga natatoria,…Como animales curiosos del agua habla del Narval y del Ichneumon, que según el autor es una especie de ratón o hurón (una especie de mangosta) que se mete en la boca de los cocodrilos mientras duermen y les destrozan las tripas. Otra perla de Pluche, que es una leyenda, ¿creo? .En cuanto a los terrestres, nos habla más detalladamente del camello y el elefante como curiosos. Y como animal ejemplar, el castor; por sus dotes arquitectónicas.

En el tema de las plantas cabe destacar las descripciones que hace del té, café y el cacao como origen del chocolate. Hace también un resumen del funcionamiento de las plantas y trata variadas especies desde hongos y líquenes hasta especias como la vainila, el clavo, etc.


Este volumen tiene la encuadernación en pasta española común a todos los volúmenes de esta obra, esta impreso en Madrid en la Imprenta de Andrés de Sotos en 1785 y tiene 294 pags. más ocho grabados.