viernes, 18 de abril de 2008

Manuscrito escolar, 1803





Recuerdo gratamente el día en que compré este libro, en una de las casetas de la Feria del Libro Antiguo y de Ocasión de Valencia, hace ya unos años. Fue de casualidad, mirando atentamente los lomos de los libros en los anaqueles de aquel librero. Siempre me llaman la atención los lomos de los libros en pergamino. Además en este caso era un lomo estrecho, lo que anunciaba algo antiguo y breve. Las obras breves muchas veces nos dan sorpresas en cuanto a rareza. Esto no es algo comprobado, pero a mí me funciona. Al abrirlo vi que era un manuscrito, cuyo título decía “Libro Primero. Trata de las quatro reglas generales de Aritmética practica, o especulativa, en el qual se contiene los preceptos, y propiedades de algunos numeros”. Tiene 42 f. Da la impresión que el copista dio por finalizada la ejecución del libro, sin haber terminado la obra, por que el capitulo XVII que es el que corresponde al último folio termina con errores y tachaduras dejando hueco al colofón que dice “Escrito por Dn. Juan Fernandez Aramburu, y es de su hijo Dn. Fran(cis)co. Año de 1803”. Es de correcta factura, limpieza y el papel es de calidad y bien conservado. Por lo que decidí comprarlo, que no era caro, y el librero me lo vendió como a mí gusta, con cierto aire de pena, como diciendo: Ya veremos si me vuelve a entrar algo así.
El libro trata, como indica su título, de las cuatro operaciones aritméticas. Se divide en diecisiete capítulos y cada capítulo tiene sus ejemplos. Citaré algunas curiosidades, como el Exemplo 2º de sumar cosas diversas, reduccion de reales a maravedies, exemplo de multip(licar) morisco, Cap.IX trata de prestar dinero, y que gane el interese, como el caudal, ….etc. A partir del capítulo X trata de los quebrados y operaciones con ellos. Todos los capítulos con ejemplos de la vida diaria.
Trato de imaginar el origen de este manuscrito. Y no resulta difícil, tal y como estaba la educación al final del Antiguo Régimen, época de Carlos IV. La educación solo era accesible a unos pocos. Por lo que no resulta difícil imaginar a un adinerado padre escribiendo o copiando, que es lo mas seguro, un tratado de aritmética para que practique con los curas, que son los que le llevarían su educación, cuentas y sumas para en el futuro administrar la hacienda de su padre.
Eso si, preocupado padre en la educación de su hijo, por lo delicado del trabajo de caligrafía y el bonito cuadro de numeros y sus denominaciones. Incluso la encuadernación es de buen pergamino romana.