sábado, 7 de febrero de 2009

“Libro de los prodigiosos baños de Thyermas”-1713








Durante muchos años el termalismo ha sido asociado a los venerables ancianitos que para aliviar sus achaques articulares, óseos y musculares, acudían a estos centros de rancio aspecto en atiborrados y vetustos autobuses. Nada que ver con la moderna imagen de perfectos cuerpos que publicitan los elegantes centros en los que se mezclan glamour con los vapores, aguas, barros, aceites, esencias e incluso técnicas orientales, para conseguir eliminar la tensión que acumulan nuestros cuerpos, en la vorágine diaria.

Pues bien, en esos años incipientes del moderno termalismo, cuando podías disfrutar de la esencia de la hidroterapia, sin el glamour añadido, pero con todas las comodidades y con la atmósfera decimonónica que embargaba alguna de las instalaciones, mi mujer y yo disfrutamos de la estancia en alguno de estos centros de nuestra geografía, como las Termas Pallares en Alhama de Aragón, el Balneario de Panticosa, etc. Podría contaros infinidad de experiencias positivas y agradables recuerdos que atesoro de esos días, pero no es el momento y me extendería demasiado.

Este preámbulo viene a colación del libro que hoy os presento. Creo que estas experiencias impulsaron que este libro y yo nos encontráramos. A veces, la adquisición de un libro no la vives como una mera compra, sino más bien como un encuentro. El encuentro de un libro que te va a dar vivencias, con el de un bibliófilo que le va a dar cuidados. Así que nos encontramos a través de un catálogo de aquellas añoradas subastas de Fernando Durán por los noventa.

No me defraudó, aun con las faltas de una hoja de preliminares y dos de índice, que por cierto no indicaba el catálogo, y que pude facsimilar gracias a la colaboración de la Fundación Sancho Sabio en Vitoria. Es una obra escasa, tres ejemplares en el CCPBE y otro en la biblioteca de la fundación citada. Y eso que he buscado a conciencia. Por otro lado, en quince años solo he vuelto a ver un ejemplar a la venta.



El termalismo es una de las herencias culturales greco-romanas, que tuvo un gran auge en la época clásica aunque decayó durante la edad media en occidente, tal vez motivado por escrúpulos religiosos, mientras que en oriente conservó su vigencia en la cultura árabe.

Fue en 1498 cuando Juan Miguel Savonarola publica “De Balneis et Thermis” considerado el primer tratado sobre termalismo y balneoterapia. Después, en 1571, Andrea Bacius en su libro “De Termis” expone las propiedades y efectos de las aguas medicinales. En España el primer libro en castellano que encontramos, en el que se habla de la aplicación medicinal de algunas fuentes como las de Antequera, Ledesma, Baena y Alhama es el de Julián Gutiérrez de Toledo, médico de los Reyes Católicos, titulado “Cura de la piedra y dolor de la yjada y cólica-renal” impreso en 1498. El “Tratado de las enfermedades de los riñones”, escrito en 1588 por Francisco Díaz, trata de la aplicación del agua mineral para la litiasis.

Ya en el XVII el primero es “Tratado de la facultad medicamentosa que se halla en el agua de los baños de la ciudad de Teruel...” por Tomas Ferrer de Esparça en Zaragoza, por Pedro Verges, 1634. Luego encontramos libros como, “Discurso nuevo y heroico del uso de los baños de agua dulce que se usan en el rio y casas particulares : dividido en cuatro puntos ...” por el Doctor Iuan Baptista de Alfian, impreso en Toledo por Iuan Ruiz de Pereda en 1641, que es el primer libro sobre métodos para usar los baños siguiendo las indicaciones de Hipócrates y Galeno adaptadas al clima español, aunque no se ocupó de las aguas minerales que “solo sirven para enfermedades rebeldes”. También Juan de la Torre y Valcarcel publico el libro titulado Teatro de la salud, baños de Sacedón hallados del D. D Fernando Infante... y añadido del Doctor D. Ivan de la Torre y Balcarcel... Madrid, 1663. La obra de Matías Lera Gil de Muro, titulada “Pratica de fuentes y sus utilidades y modo de hazerlas y conservarlas... Madrid, en el Colegio Real de los Desamparados, a costa de Bernardo Sierra..., 1671.

Y la más completa obra publicada en España hasta la fecha, la primera gran obra sobre termalismo, la obra de Alfonso Limón Montero “Espejo cristalino de las aguas de España : hermoseado y guarnecido con el marco de variedad de fuentes y baños cuyas virtudes ... se examinan ... y acomodan à la salud ... y conveniencias de la vida humana / su autor el Doct. D. Alfonso Limón Montero, Cathedratico de vísperas de Medicina en Alcalá de Henares por Francisco García Fernández y a su costa Francisco García Fernández, 1697 Este libro demuestra la importancia que en esta época tenían en España las aguas minerales para el tratamiento de diversas dolencias ya que se describen mas de cien fuentes tanto frías como termales y 36 establecimientos balnearios.

Ya en Valencia encuentro, en fecha posterior al libro que nos ocupa, “Breve noticia de la gran virtud que el Señor comunicó á las Aguas de las Fuentes del Lugar de Montanejos, del Reyno, y Arzobispado de Valencia : para consuelo de muchos, que padecen penosos accidentes” en Valencia, en la imprenta de la Viuda de Antonio Bordaza s.a.

El “Libro de los Prodigiosos baños de Thyermas” impreso en Pamplona por Juan Joseph Ezquerro, en 1713, 4º , 8h + 315 Págs. + 2 h de índice. Encuadernado en pergamino con restos de cierres. Llama la atención en el texto de la obra, la utilización de tipos tan grandes, 24 líneas, apto para miopes. La obra se divide en tres tratados con sus respectivos capítulos. Transcribo del prólogo la sinopsis del libro, ya que nadie como el autor y con su castellano de época lo podría hacer mejor. Y sobre todo con el encanto de un texto antiguo:
“Este libro incluye tres tratados: El primero catorçe Capitulos, comenzando por su sitio variedad de fuentes, su vecindad, y reparos de comodidad. Se prueba contiene este baño las virtudes excelencias, y prerrogativas de lagunos de los mas celebrados de España, Francia, Alemania Italia, con virtud mas activa, manifiesta y oculta celeste medicinal, para quasi inumerables enfermedades El segundo tratado contiene ocho Capitulos, en que hallaras incluydos todos los modos posibles de vsar las aguas de quantos baños ay, y pueden aver en la Europa; con todas las observaciones, y preceptos practicos que deben observar los enfermosque hubieren de ir a nuestro Baño. Dizese el regimiento que deben guardar los enfermos en el comer, beber, y todas las demas cosas necesarias a la vida, curacion de sus dolencias, hasta q bueltos a sus casas hagan lo que importare en ellas. El tercero tratado, comprehende siete Capitulos: Es curioso para saber el origen de los metales, su conocimiento especifico por señales de todas clases, para que al delante los profesores puedan conocer de que minerales se componen la aguas: Sabras el origen de las fuentes; y la causa que conserba calientes sus aguas; todo con principios de Phylosophia. Advertiras con alguna reflexión, en las historias prodigiosas de los dos vltimos Capitulos, y conoceras que el Altissimo, en beneficio del hombre, se derrama en maravillas. Vale.”



Como colofón incluyo esta foto extraida del Diario de Navarra y publicada el 22 de noviembre de 2007 donde se muestra que cada año, entre agosto y octubre, los baños termales de Tiermas quedan al descubierto al bajar el nivel del embalse de Yesa, y decenas de personas acuden cada día a disfrutar de sus propiedades curativas. El agua y el barro de Tiermas se caracterizan por su proporción y olor a azufre y por sus propiedades contra la artrosis o los problemas de la piel. Los antiguos baños reaparecen cada otoño desde hace 50 años desde que en 1959 el llenado del pantano de Yesa sepultó el pueblo de Tiermas.



Cuando finalicen las largas obras para el recrecimiento del embalse de Yesa, en el rio Aragón, las aguas termales de los Baños de Tiermas volverán a quedar sepultadas por el agua, pero esta vez para no volver a emerger nunca. Siempre quedará este libro.