jueves, 23 de octubre de 2008

"Averia técnica"




Estimados lectores, por avería técnica queda suspendido por un breve espacio de tiempo este Blog. Mi ordenador a entrado en coma, esto os lo escribo desde el trabajo. Espero que se salve, sobre todo el disco duro. Confío en vuestra paciencia y espero veros pronto.

viernes, 17 de octubre de 2008

“Primera Parte del Teatro de los Dioses de la Gentilidad-1676”




Para hacer una valoración, en primer lugar sobre el contenido y el autor de este libro, que es una recopilación de la mitología clásica, tengo que acudir obligatoriamente a Guillermo Serés (Zaidín, Huesca) que es Profesor Titular de Literatura Española de la Universidad Autónoma de Barcelona y que ha publicado numerosos libros sobre las letras medievales y del Siglo de Oro. Es para mi, quien mejor a captado la esencia de esta obra, y queda demostrado en su artículo titulado “El enciclopedismo mitográfico de Baltasar de Vitoria”. En el qué me baso para mis comentarios.



Las mejores recopilaciones mitográficas del Siglo de Oro son “La Philosophia Secreta” de Juan Pérez de Moya (obra ya comentada en este blog) y la de Baltasar de Vitoria “Teatro de los Dioses de la Gentilidad”. También es aceptado por los especialistas que la segunda está basada en la primera. También Vitoria sigue la estructura de la “Genealogía” de Bocaccio, igualmente otros tratados mitológicos como los de Natale Conti, Giraldi, Alciato o Cartari. El “Teatro…” al igual que la obra de Bocaccio, esta dividido en trece libros y sus consiguientes capítulos. Así, la obra se presenta como un ordenado repertorio de recursos mitológicos, sin tener una segunda lectura como hace Pérez de Moya al intentar buscar un conocimiento moral o conocimiento secular, transmitido por las fábulas e historias mitológicas. Sino mas bien una herramienta para poetas que sirva como inspiración de sus historias.


La obra “Teatro de los Dioses de la Gentilidad”, se publicó por primera vez en 1620 la 1ª parte y en 1623 la segunda. Tuvo otras ediciones en 1646, 1657,1673, 1676, 1702, y 1737.
La primera parte la dedica a los Dioses, Saturno, Júpiter, Neptuno, Plutón, Apolo y Marte.




Este libro recuerdo que fue uno de los primeros que adquirí cuando empecé a deambular por este mundo de la bibliofília. Me llamó la atención, al igual que me la llama ahora, que es un libro modelo del Siglo de Oro. Publicado en una década de decadencia 1676, que lo demuestra el pobre papel, áspero, fino con imperfecciones en la pasta, ligeramente amarronado. La pobre portada, con una simple orla que la encuadra. La triste encuadernación, un pergamino blando y manchado, con restos de cierres y un sencillo rótulo en el lomo, que para más inri esta invertido. Eso si, todos estos elementos envuelven una rica literatura. Además tiene todos los elementos bibliológicos de un libro de la época es decir: Portada, dedicatoria (a un excelentísimo señor), Suma de la Licencia, Fee de erratas, suma de la tassa, aprobación, prólogo al lector y cinco sonetos. Luego continúa la obra dividida en seis libros con sus correspondientes capítulos, terminando después de 679 pags. con tres hojas de “tabla de la cosas mas notables”.

Está publicado en Madrid, impreso por la Imprenta Real en 1676, “A costa de Mateo de la Bastida, mercader de libros, vendese en su casa frontero de San Felipe.”
Es decir la misma imprenta y librero de la edición del Quijote de 1668.

jueves, 9 de octubre de 2008

“Un sueño hecho realidad”

Ayer cumplí un sueño de bibliófilo, visitar una gran Biblioteca (en adelante siempre en mayúsculas). Es la que a cualquier amante del libro antiguo le gustaría tener. Estoy convencido de que a nadie le sobraría un solo libro de los que vi. La persona que convirtió mi sueño en realidad, al tener la gentileza de mostrarme tal maravilla, simplemente os diré amables lectores, que es uno de los asiduos comentaristas de mi Blog, y escribe bajo el seudónimo de Diego Mallén.

Os voy a relatar el mar de sensaciones que recibí en aquella visita. El edificio que alberga esta Biblioteca es grande, armonioso y bien ubicado. Su casa, la de Diego Mallen y familia, es una casa decorada con un gusto exquisito donde la sobriedad y el refinamiento inundan el ambiente. Es casi una biblioteca acondicionada como casa. Varias estanterías y libreros se esparcen por distintos espacios, una iluminación no excesiva, le dan un aire intrigante que te invitan a averiguar que libros esconden todos aquellos cientos y cientos de lomos, algunos de lujosa encuadernación, otros con ostentosos o conocidos supralibris, y otros en sencillo pergamino. Pero en conjunto te imaginas que no esconden títulos anodinos o latinajos insulsos.

El amable Diego Mallén, empieza por lo más antiguo. Incunables. Si, Incunables varios, perfectos, como recién impresos, en grueso papel, algunos con numerosos grabados, cosa rara en época incunable. Alguno romano de 1468, el Liber Chronicarum también estaba presente, e incunables españoles impresos por Pedro Brun o por Fernández de Córdoba. Luego pasamos a los góticos de Impresores emblemáticos, como Diego Gumiel, Andrés de Burgos, Juan de Villaquiran, Juan de Ayala, Juan Jofre, Jorge Coci, etc. Incluso pliegos de cordel góticos; más no se puede pedir. Libros del XVII y del XVIII. Por supuesto lo mejor de Ibarra El Salustio y El Quijote. También libros franceses, enormes, de grabados finísimos, de amplísimos márgenes, tan amplios, como meter un 12º en un gran folio, alguno incluso impreso en pergamino.

En esta primera visita, pues espero volver algún día (Te tomo la palabra Diego que me estarás leyendo), me sentí desbordado. Sabía que me quedaría corto de tiempo, y me quede corto por supuesto. Yo acostumbrado a mi pequeña Biblioteca, de la que ya habéis visto parte, en la que disfruto libro a libro hojeándolo, ojeándolo y leyéndolo mil veces. No podía con tanta obra maestra de la imprenta, me quedaba con ganas de ver uno a uno con tiempo, pero evidentemente era imposible. Es como si te ponen a las puertas del Louvre y te dicen tienes dos horas para verlo. Evidentemente corres, porque quieres ver todo lo bueno y al menos quedarte con la esencia de esas obras maestras.

Así que me sentí afortunado de haber podido tocar con mis manos, haber sentido los diferentes tactos de los papeles y de las encuadernaciones, los diferentes olores, hasta las texturas de alguna inicial orlada, dorada y hasta repujada con infinita delicadeza. Semejantes maravillas, solo pocas, poquísimas, o casi una vez en la vida, se tiene la oportunidad de admirarlas.

Gracias Diego por haberme dado la oportunidad de haber accedido a tu Biblioteca mágica, única, especial, elegida libro a libro, donde esta representado una gran parte de lo mejor de la Historia del Libro, adquirida con gran esfuerzo, por un amante del libro, un Bibliófilo de principio a fin, un bibliófilo que pasará al elenco de los grandes Bibliófilos españoles, como Salvá, Gayangos, duque deT´Serclaes, Zabalburu, Sancho Rayón, Galdiano, Nicolau Primitiu, entre otros. Una Biblioteca que pese a ser grande y completa, estoy seguro que aun le queda un gran recorrido.

“El Espectáculo de la Naturaleza-X” 1785



El décimo tomo lo dedica en pleno a las ciencias prácticas, dividiéndolo únicamente en cuatro capítulos.
El primero lo dedica a la gnómica es decir, la ciencia que se dedica a elaborara teorías y reunir conocimientos sobre la división del arco diurno, o trayectoria del Sol sobre el horizonte mediante el empleo de proyecciones específicas sobre superficies. Llevando estos conocimientos a la práctica Pluche nos enseña las bases para la construcción de diferentes tipos de relojes solares y del anillo astronómico.



En el segundo y tercero que dedica a las fuerzas motrices quedan definidos por un párrafo del principio de la conversación segunda que es el siguiente: “La Mechánica ha sacado á luz, y fabricado las obras mas hermosas, que se hallan en todo el Orbe, y se ven en el haz de la Tierra.

Las máchinas mas ordinarias, que reparan la pequeñez de las fuerzas del Hombre, son las palancas, las basculas indiferentes para brazos iguales, o desiguales, las poléas fixas y las movibles, los polypastos, o multitud de rodajas en una poléa, ó garrucha, ó ya la garrucha simple, y compuesta: los quadernales, ó montones dispuestos de varios modos, los tornos, ó Exes en el perytrochio, las prensas, los cabestrantes, ruedas punteadas o con piñones, y linterna; gatos; y finalmente, toda especie de Molinos.”

Todo ello acompañado de grabados intercalados en el texto y explicado con tanto detalle, que haría posible la construcción de cualquier artefacto o molino del siglo XVIII, con la seguridad de que funcionaría a la perfección.

El último capitulo lo dedica a la óptica, con la explicación pormenorizada de los diferentes efectos que se consiguen con espejos y lentes. Intercala diferentes instrumentos que se pueden fabricar con estos principios. Así detalla el telescopio astronómico y terrestre, el microscopio, el uso de la cámara oscura y el periscopio.

Este libro que contiene 2h + 279 pags. e intercala diecisiete grabados, se halla impreso en Madrid en la imprenta de Benito Cano, en 1785, a costa de la Real Compañía de Impressores, y Libreros del Reino.




domingo, 5 de octubre de 2008

“Clamores inconsolables de el Agua, y Sangria” – 1738


“Clamores inconsolables de el Agua, y Sangria contra la mala administracion y vana esperanza de sus professores” por el Dr. Manuel Martín. En la Imprenta de Cosme Grancha. Valencia 1738. 4º 8h+55 pags. +44 pags. Encuadernado en pergamino.



Es un libro que posiblemente haya pasado sin pena ni gloria a la historia de la medicina. ¿Entonces que lo hace digno de estar en mi biblioteca? Sin duda la rareza y el ser valenciano. De Manuel Martín, el autor, poco se sabe. La Enciclopedia Universal Espasa (La mejor para buscar biografías exiguas) solo nos dice que nació en Altura (Castellón) y que murió en Valencia de 1746. Nos citan sus dos obras. La primera publicada en 1727 sobre la “Theriaca magna” (La Triaca magna, fue una especie de panacea universal, compuesta por mas de sesenta ingredientes exóticos que tubo su origen en la Antigüedad, la difundió Andrómaco médico de Nerón, y que desapareció en el XIX. Época en la cual su formulación se hallaba desvirtuada y contenía gran cantidad de opiáceos) y la segunda, la que nos ocupa. De la primera solo se conocen dos ejemplares incluidos dentro de la obra “Dissertacion pharmaceutico-medica sobre la composicion de la Theriaca magna en orden a los trociscos de vivora” del doctor Gaspar Vidal, impreso por Vicente Cabrera, Valencia 1727. Y la que aquí presento, de la que solo hay 4 ejemplares en CCPBE de los cuales, el de la Universidad de Valencia está muy deteriorado.




En cuanto a Cosme Grancha, el impresor valenciano que trae esta obra al mundo, no es de los prolíficos impresores de esta ciudad. Por lo qué también añade rareza a la obra. Grancha, fue un impresor sobre todo de pliegos de cordel y folletos, de los cuales imprimiría alrededor de los cuarenta títulos. En cuanto a libros, se pueden contar con los dedos de la mano. Su vida profesional transcurrió entre 1734 y 1765 en diferentes ubicaciones.


Como indica el título, Manuel Martín hace una disertación acerca del mal uso y los malos efectos del uso inmoderado del agua, que se había puesto de moda, influenciado este hecho por médicos sevillanos. Manuel Martín considera a los médicos que seguían este método como agresores de la salud pública. Esta crítica queda reflejada en la frase de la Pág.34 “…no solo se ha de culpar a los Médicos, sino también al genio Valenciano, por estar siempre idolatrando la novedad”. Frase que resume el espirtu de la obra.


También resulta curioso en esta obra la doble paginación que hace para los dos temas en que se divide el libro: 55 pags. dedicadas al agua y 44 pags. a la sangría.


El libro está bien conservado, tiene una portada muy clara, casi recién impresa, limpia y que da gusto pasar los dedos por el verso, para sentir la fuerza de la impresión de los tipos sobre el papel. Lo único negativo es el amarronamiento en algunas de las hojas, que siempre molesta un poco, pero el tiempo y el papel no son buenos amigos.

viernes, 3 de octubre de 2008

“El Espectáculo de la Naturaleza-IX” 1785






Cambio de tercio en la obra del Abad, hasta el momento todos los tomos anteriores han tratado de lo que rodea al hombre, es decir la naturaleza. A partir de este momento, y como indica en la primera página, cambia “el plan para el resto de la obra”. Todo se va a concebir desde la óptica del hombre como centro de la creación y como señor del mundo (solo hay que ver el planeta hoy en día, nos guste o no, así es).
Así en este noveno tomo, que contiene trece capítulos, dedica once al hombre, dando en cada “conversación” los argumentos que demuestran, dentro de cada campo, la superioridad y magnificencia del ser humano, claro esta, como obra cumbre del Creador. No podía ser de otro modo, estamos en el XVIII y esto lo escribe un religioso.



Como cada capítulo o conversación contienen infinidad de ideas y comentarios diversos del autor, resultaría muy largo hacer una descripción pormenorizada de cada uno de ellos, por lo qué simplemente voy a indicar el titulo de cada capítulo, para que el amable lector se haga una idea aproximada del contenido de este libro, ya que de lo contrario quedarían muy incompletos mis comentarios


1º El Destino del Hombre sobre la Tierra
2º El Dominio del Hombre
3º El Gobierno del Hombre, probado por las proporciones, y excelencia del Cuerpo humano
4º El Gobierno del Hombre, probado con la excelencia de sus sentidos
5º El Domino del Hombre por los placeres racionales, de que es capaz.
6º El Gobierno del Hombre, ayudado por las certidumbres de las funciones animales
7º El Gobierno del Hombre, demostrado por las facultades de su espíritu. La Actividad del Hombre
8º El Gobierno del Hombre, probado por su Inteligencia.
9º El Gobierno del Hombre, probado por su Imaginación.
10º El Gobierno del Hombre, probado por su Memoria.
11º El Gobierno del Hombre, probado por la extensión de su voluntad, por la extensión de su Libertad, y por la dirección de su Conciencia.
12º Las Ciencias prácticas. La Lógica usual.
13º Las Ciencias prácticas. Los Hechos. Las Medidas.

En este último capítulo se insertan los únicos tres grabados que incluyen este tomo y que son de índole geométrico.





Este tomo contiene un frontispicio, portada, explicación del frontispicio, tabla de la obra, más 354 pags. Y esta impreso en Madrid en la Imprenta de Benito Cano en 1785.

El tomo está bien conservado a excepción de unas manchas de humedad en la parte inferior, que afectan a unas 25 hojas entre las primeras y últimas