domingo, 21 de junio de 2009

“Libro de reloges solares, 1575”




La existencia del hombre es inherente a la del sol. El hombre, desde los albores de los tiempos, es consciente del paso del tiempo y de su irreversibilidad. El día y la noche fueron las primeras unidades básicas del paso de nuestro tiempo y el sueño nocturno marcaba el fin y el principio del nuevo día.
Ya en las culturas megalíticas inglesas e irlandesas encontramos los primeros vestigios líticos relacionados con el sol, con una antigüedad de cinco mil años. El hombre primitivo, tendría la consciencia de qué la sombra de un palo clavado en suelo (gnomon) variaba con el transcurso del día. Este gnomon, que en griego quiere decir "indicador", y en el caso de la gnomónica significa indicador de fracción de tiempo, es el que daría lugar al desarrollo del reloj de sol.

Con las primeras civilizaciones aparecen también las primeras necesidades organizativas religiosas y socioculturales. Es en la civilización sumeria donde encontramos las primeras noticias de un sistema de calendario y una división de la duración del día en partes iguales. Así el día se dividía en doce danna (dos horas) y cada danna en treinta ges.

Pero es con la civilización egipcia donde aparece nuestra división del año en 365 días y el día en 24 horas. Estas horas tenían un significado religioso la palabra egipcia correspondiente a hora equivalía también a "deber sacerdotal", palabra de la misma raíz que "vigía de las estrellas" (o vigía del tiempo). Por lo tanto aparece la necesidad de crear algún instrumento que pudiera indicar la hora en que nos encontramos para cumplir las obligaciones religiosas. Este instrumento se llamaba “merkhet” y era un primitivo reloj de sol portátil, que constaba de dos piezas prismáticas, pétreas, de unos tres decímetros de longitud, situadas perpendicularmente, donde una tenía marcadas las horas y otra servía de aguja.

Los griegos continuaron la tradición babilónica en la medición del tiempo, y aparece el primer testimonio escrito sobre el uso de los relojes de mano del filósofo presocrático Anaximandro. Según Favorino fue el primero en inventar un gnomon y utilizarlo en relojes de Sol en Lacedemonia, según narra en su “Historia varia”, para marcar los solsticios y equinoccios. Me gusta recordar que Anaximandro, según Diógenes Laercio, fue el primero en trazar el perímetro de la tierra y el mar, y construir una esfera celeste. ¡Cuantos pasos de cangrejo ha recorrido el hombre desde entonces!

Según relata Herodoto de Halicarnaso en su Historia, fueron los griegos los primeros en utilizar la gnomónica, que es la ciencia encargada de elaborar teorías y reunir conocimiento sobre la división del arco diurno, o trayectoria del Sol sobre el horizonte. Un sistema que como la duración del arco diurno varía con el ciclo estacional provoca un sistema de horas desiguales. Lo cierto es que hubieron varios autores griegos que escribieron sobre gnomónica, Anaxímenes, Demócrito, y los escritos del geómetra Apolonio de Perge, sobre elipses y parábolas que influenciaron en esta ciencia.
Las innovaciones aportadas por el babilonio Beroso Caldeo en el siglo III aC. fueron transmitidas en la obra “De Arquitectura” de Vitrubio Polión , siendo el más importante testimonio de la gnomónica de la Antiguedad, y dedicando un capítulo entero a esta ciencia, concretamente el capítulo IX. En él cita los diferentes tipos de relojes de sol que se utilizaron en la antigüedad y sus inventores. Cita el Hemicyclum, de Beroso Caldeo; el Scaphen o Hemisphaerium (Excavado o Hemisferio) y el Discum in planitie, de Aristarco de Samos; la Arachnen, de Eudoxo el astrólogo; el Plinthium lacunar de Scopas Siracusano, entre otros.

Reloj solar del Museo Nacional de Arte Romano de Mérida


Estos tipos son los que encontraremos en época romana, ya que no se hicieron grandes avances en gnomónica. Pero sí que conservamos de esta época más vestigios arqueológicos, como por ejemplo el reloj solar que se conserva en el museo nacional de arte romano de Mérida. O como el extraño reloj solar portátil que se encontró el 11 de junio de 1755 en las ruinas de Herculano, y que tiene forma de jamón, por lo que pasó a llamarse este reloj de sol “jamón de Pórtico”. La Enciclopedia de Diderot y D'Alambert (tomo VII, s.v GNOMONIQUE, París 1757) comenta este descubrimiento y pasa a describirlo.

“On a trouvé dans les ruines d'Herculanum un cadran solaire portatif. Ce cadran est rond & garni d'un manche, au bout duquel est un anneau qui servoit sans-doute à suspendre le cadran par-tout où l'on vouloit. Tout l'instrument est de metal & un peu convexe par ses deux surfaces : il y a d'un côté un stilet un peu long & dentelé, qui fait environ la quatrieme partie du diametre de cet instrument. L'une des deux superficies, qu'on peut regarder comme la surface supérieure, est toute couverte d'argent, & divisée par douze lignes paralleles qui forment autant de petits quarrés un peu creux ; les six derniers quarrés, qui sont terminés par la partie inférieure de la circonférence du cercle, sont disposés comme on va voir, & contiennent les caracteres suivans, qui sont les lettres initiales du nom de chaque mois....”

También Plinio el viejo nos relata en su Historia Natural, como el emperador Augusto, aprovecho un obelisco para la construcción de un enorme reloj solar en el Campo de Marte.

En época medieval son los monasterios los guardianes de la cultura y son estos, los que más iban a necesitar de la medición del tiempo para regular los deberes diarios de sus reglas monásticas. Con la regla benedictina aparecen los relojes solares de horas canónicas, que marcan las obligaciones y oraciones de los monjes. Será en época bajo-medieval, en torno al siglo XIV, cuando aparecen los primeros relojes mecánicos. Pero su uso no se generaliza hasta el siglo XVII, gracias a Christian Huygens, que en 1656, construye el primer reloj de péndulo, pero esa es otra historia.

En el siglo IX son los árabes los que dominan el panorama científico en occidente y aparecen, entre otros, obras de Thabit Ibn Qurra, sabio árabe especializado en astronomía, matemáticas y medicina, que escribe obras como el “Libro sobre el instrumento que indica las horas” alrededor del año 890. Qusta ibn Luqa (820-912) escribió un tratado sobre los astrolabios. Al-Biruni (953-1078) fue matemático, astrónomo, físico, filósofo, astrólogo, viajero, historiador y farmacéutico, uno de los intelectuales más destacados del mundo islámico. Escribió cerca de 150 obras sobre historia, astronomía, astrología, gnomónica, matemáticas y farmacología, de las cuales apenas ha sobrevivido una quinta parte de ellas. E infinidad de astrónomos y matemáticos cuyos estudios influenciaron en la gnomónica, como por ejemplo el gran astrónomo de Al-Andalus, Azarquiel.

En el siglo XIII, encontramos la obra de Sacrobosco, “Tractatus de Quadrante” c.1239. En 1260 el “Quadrans Vetus “ de Johannes Anglicus y en 1288 el “Quadrans Novus” de Profetius. Aunque el primer gran astrónomo y gnomonista del mundo latino fue Juan Regiomontano (1436-1476) que colaboró con importantes tratados sobre trigonometría. La unión de ambos fructificó en bellos incunables astronómicos impresos en Venecia por Erhard Ratdolt, que fue el impresor que más bellos libros imprimió en época incunable sobre temas científicos, con espectaculares capitales y bellos grabados.

Ya en el siglo XV aparece Oronce Finé (en latín aparece también como Orontius Finaeus Delphinatus, también Orontius Finnaeus e incluso puede encontrarse más corto como Finaeus) Nace el 20 de diciembre de 1494 en la región de Dauphiné - † 8 de agosto de 1555 en París), se trata de un célebre matemático y cartógrafo de origen francés.
En el terreno de la gnomónica es frecuentemente conocido por haber plagiado a otros autores, Clavius describe con inusitada fuerza algunos de sus errores de interpretación, denominándolos "Error Orontius". Fue constructor de relojes de sol y uno de ellos elaborado en ébano en 1524 todavía existe. Su principal obra fue: “Orontii Finei Delphinatis, regii mathematicarvm professoris, De solaribus horologiis, & quadrantibus, libri quatuor.” Parisiis, apud Gulielmum Cauellat, in pingui gallina [1560].
Tambien es interesante citar al alemán Sebastian Munster (1488-1552) hebraista y cosmógrafo. En gnomónica hizo varias investigaciones y publicó varios libros en los que detalla con abundantes gráficos como se construye un reloj de sol. Agunas obras son, “Erklerung des newen Instruments der Sunnen, Oppenheim” 1528; Compositio horologiorum, 1531; Horologiographia, 1533; etc.
Regnier Gemma Frisius (Dokkum, Frisia, 8 de diciembre de 1508 - Lovaina, Brabante, 25 de mayo de 1555) fue un astrónomo y matemático holandés, famoso por su habilidad en la construcción de instrumentos de medida y por las teorías que elaboró, que fueron de ayuda a la navegación marítima.
Gemma hizo importantes avances en gnomónica y publicó un tratado denominado Tractatus de Annulo Astronomicae en el que describe un intrumento que el mismo denomina anillo astronómico empleado como cuadrante, nunca se menciona como inventor del mismo y describe el modo de empleo siempre mencionando a su amigo Van der Heyden.
En fecha muy cercana al libro de hoy se editó el libro de Giovanni Battista Benedetti “De gnomonum umbrarumq solarium vsu liber ... : nunc primùm ... in lucem aeditus “Augustae Taurinorum : apud haeredes Nicolai Beuilaquae, 1574.
También hay que citar a Pedro Apiano, astrónomo que trabajó para el emperador Carlos V y que en su obra “Cosmographia” dedica un libro al uso del anillo astronómico, con el cual averiguar las horas del día.

Todas estas obras llegarían a España, pero hasta el momento no había ninguna obra ni en latín ni en lengua vernácula, que hablara exclusivamente sobre relojes solares.
Y es aquí en Valencia donde verá la luz de mano del impresor Pedro de Huete, en su casa, en la plaza de la Yerua, en 1575 la obra de Pedro Roiz “Libro de Reloges Solares”. Primera y durante mucho tiempo única obra en castellano sobre este tema.
El libro es de tal importancia en su genero que el Senado editó una edición facsímil de su ejemplar, con motivo del año internacional de las matemáticas en el año 2000, con un estudio introductorio del catedrático de matemáticas de la Universidad Autónoma de Barcelona, Joan Girbau, en el que ensalza las dotes matemáticas de Pedro Roiz al que define como un verdadero matemático.
También se hicieron ediciones facsímiles por Ed. Cuadrante, Ed.Testimonio y Librería Paris-Valencia.

Solo conocemos, a través de su obra, unas pocas notas biográficas del autor. Pedro Roiz fue párroco de la iglesia de San Valero en el valenciano barrio de Ruzafa, y después canónigo de la Catedral Metropolitana. En cuanto a sus dotes matemáticas, discipulo del también valenciano Jerónimo Muñoz (1520 - 1591) astrónomo, geógrafo, ingeniero y hebraísta, que dio clases de astronomía y hebraismo primero en Valencia entre 1563 y 1578 y fue luego nombrado catedrático en la Universidad de Salamanca. Pedro Roiz igualmente desempeñó el cargo de catedrático de Matemáticas.
Una de las singularidades de este libro es que Pedro Roiz se plantea escribir una obra con la cual poder construir un reloj de sol, sin conocimientos matemáticos previos. Y para ello incluye los conocimientos matemáticos suficientes para llevar a cabo este tipo de relojes.





En la carta al lector dice textualmente Roiz: “Las cosas de Mathematicas van tan asidas y encadenadas entre si, que no se pueden entender las unas sin las otras: las medias sin las del principio, ni las postreras sin estas dos. Todo quanto fuere necessario para entender la fabrica de los reloges solares de este libro, se hallara declarado en el, sin necesidad de otro. Leanlo desde el principio, y no passen por cosa, sin bien entenderla: y quando se les ofreciere algo que no este aquí declarado, dexenlo, porque no sera necesario para nuestro intento.”
Roiz comienza con una exposición de la geometría euclidiana en los capítulos I y II, empezando por la definición de punto y terminando con ejercicios geométricos sobre ángulos. El capítulo III lo dedica a nociones de astronomía y el IIII a la definición de la rosa de los vientos. El resto de capítulos se centran en los propios relojes solares con los datos necesarios, y numerosas tablas con las divisiones del arco en función de la latitud donde se sitúe el reloj. Una curiosdad apuntada por Joan Girbau es “La tabla de las alturas del Norte de los principales pueblos de España”, es decir una tabla de latitudes, es tan exacta que no hay discrepancias superiores a los seis minuto de arco. Hay que tener en cuenta que un minuto de arco equivale aprox. a 1850 metros de diferencia. Y varias exactitudes de décimas de minuto. ¡ Y sin GPS !



Una de las curiosidades del libro es su carta dedicatoria a Don Juan de Borja hijo del Marqués de Navarrés, en el que ensalza el uso de las matemáticas. Según Girbau es uno de los elogios más inspirados que se han hecho a esta ciencia. Os expongo parte de la explicación que hace Joan Girbau sobre la epístola a Joan de Borja:

“La estupenda epístola que sirve de prólogo al libro empieza con la descripción del famoso problema griego de la duplicación del cubo. En el año 429 a. C. una gran peste azotó Atenas y se llevó aproximadamente una cuarta parte de la población. Dícese que para remediar aquella calamidad se envió una delegación al oráculo de Apolo en Delos para preguntar cómo podría conjurarse la peste, a lo que el oráculo respondió que era necesario duplicar el altar cúbico del templo de Apolo. Los atenienses pensaron primero que bastaba con construir una ara igual a la ya existente y juntarla a la primera, pero al observar que después de realizar esta construcción la peste no cesaba, dícese que interpretaron el oráculo en el sentido de que debían construir un altar con la misma forma cúbica que el primitivo, pero de volumen doble.
El libro que estamos comentando, después de describir este problema dice de él que es muy dificultoso y que no se puede resolver “sin mucho estudio de aritmética y geometría” y que la voluntad de Apolo era que los atenienses “se dieran al estudio de la matemáticas”. En realidad este problema de la duplicación del cubo, junto con otros dos problemas clásicos (el de la trisección del ángulo y el de la cuadratura del círculo) quedó como problema abierto hasta el siglo XIX en que se demostró que no tenía solución (los matemáticos denominan problema abierto a aquel que nadie sabe resolver). Expliquemos por qué la duplicación del cubo era para los griegos un problema abierto. Bajo la óptica actual cualquier alumno de bachillerato daría de él una solución correcta. Diría un tal alumno: Si se designa por a la arista del altar cúbico de Apolo, su volumen será V = a3. Si la arista del altar que buscamos es x, el volumen del cubo de arista x debe igualarse a 2V. Por tanto x3 = 2V = 2a3. De donde x = 3√2a ¿Por qué esta solución completamente
correcta y elemental no era considerada “solución” por los griegos?
Ellos consideraban que una figura geométrica era efectivamente construible de manera exacta cuando existía algún procedimiento que la permitiera construir utilizando solamente la regla y el compás. La pregunta que ellos se hacían podría resumirse así: ¿Existe algún procedimiento geométrico que utilizando solamente regla y compás permita construir la longitud “x” a partir de la longitud conocida “a”? Esta pregunta no se resolvió hasta el siglo XIX en que la teoría del matemático ´Evariste Galois (1811-1832) permitió contestar la pregunta anterior en sentido negativo. Es decir: nadie podrá inventar nunca un procedimiento geométrico que utilizando sólo la regla y el compás permita construir 3 √2a a partir de a. Digamos aquí que Galois murió a los 21 años después de batirse en duelo con un desconocido, y que su trabajo sobre la resolución por radicales de las ecuaciones algebraicas –trabajo que escribió la noche anterior al duelo y que entregó a un amigo – revolucionó el álgebra.
Volvamos a nuestro libro de relojes de sol. Su autor tuvo el acierto de empezar el prólogo del mismo con la descripción de este problema de la duplicación del cubo, que fue durante dos milenios un problema abierto. Los matemáticos profesionales, en tanto que investigadores, se enfrentan a diario con problemas que nadie antes ha resuelto, y en la mayoría de casos no consiguen más que dar de ellos soluciones parciales. No existe pues mejor manera de presentar a un público no matemático la verdadera esencia de esta ciencia que la descripción de algún problema abierto, tal como hace el libro que comentamos.”



Otro ejemplo de su singularidad es su rareza, pues no recuerdo, ni tengo referencias de otro libro en venta, al menos en los últimos diez años. Palau que lo referencia con el número 275689, habla de algunos ejemplares vendidos, 20 frcs. Heredia, 1891; 100 ptas. Madrid 1917; 125 ptas. Molina 1932 y 150 ptas. En 1941; 1000 ptas. Bardón en 1949 y 1500 ptas. En 1953 y 500 pesos, Porrua en 1950.





Mi ejemplar perteneció a Robert B. Honeyman, que fue subastado en Christie’s y lleva el ex libris de la librería Bardón; muy probablemente sea uno de los dos ejemplares reseñado por Palau. Salvá lo referencia en su catálogo con el 3811, lo cita Vicente Castañeda y Alcover en su “Ensayo de una bibliografía comentada de manuales de artes, ciencias, oficios, costumbres publicas y privadas”, así como Felipe Picatoste y Rodríguez, con el numero 699, en sus “Apuntes para una biblioteca científica española del siglo XVI” Madrid, 1891.

Pues bien, todos los registros bibliográficos consultados tienen un error garrafal, no solo hay una edición de esta obra ¡Hay dos!

La diferencia es la siguiente:

1ª/ La colación del libro es : “Libro de reloges solares, compuesto por Pedro Roiz”, Impresso en Valencia en casa de Pedro de Huete. Año de 1575. 4º, 4h + 120 p. + 2 h . Colofón. Impresso en Valencia, en casa de Pedro de Huete a la plaça de la Yerua. 1576.

2ª/ La otra edición tiene la misma portada y el libro es idéntico hasta la pagina 97, a partir de ahí el libro cambia. Cambia la composición tipográfica, capitulares diferentes, se corrigen párrafos y algunos de los encabezamientos de los capítulos, incluso cambian los datos numéricos en las tablas, lo que origina la duda de cuales serán las correctas, y se añade un capítulo el XXIX. Lo curioso es que este capítulo viene reflejado en los índices de ambas ediciones. Terminando el libro sin colofón (creo que por falta de espacio) pero con la frase “Fin deste libro de Relog. Sol.”




Ahora bien Pedro Roiz da una explicación al final del cap. XXVIII de la 1ª edición. Dice así: “No ponemos el capítulo29. en el qual pensábamos tratar de los fundamentos y causas desta materia de Reloges, porque muy presto plaziendo a Dios sacaremos un libro en lengua Latina, que tratará de todas las demostraciones de las tablas de este libro, y de muchas otras que no están aquí, donde se dará ejemplos de todas las reglas muy extensos. Fin del libro de Reloges solares.”
Las incógnitas aparecen con las fechas de edición y colofón. Ya que la edición mejorada, que incluye el cap. XXIX, es decir libro completo con respecto al índice, lleva fecha 1575. Concretamente la fecha de la epístola a Juan de Borja que lleva fecha de 8 de Abril de 1575. En cambio la 1ª, que parece hecha con más premura, que no incluye el capítulo XXIX por la próxima edición de otro libro desarrollando este tema, lleva colofón de 1576.



Mi teoría es que el proyecto editorial del libro que explicaría “el fundamento y principio de los reloges solares deste libro” no se llevo a cabo –aunque pienso que el manuscrito estaba escrito, por lo claro de la idea de su publicación y porque Roiz indicaba que en breve espacio de tiempo vería la luz- de manera que en 1576 se reeditó con mejoras y con la inclusión del cap. XXIX. Aunque no se tomó la molestia de cambiar el pie de imprenta, tal vez por eludir trámites o algún impuesto. Luego hay dos claras y diferenciadas ediciones, que ningún bibliógrafo ha señalado. Aunque es cierto que de la 2ª edición sólo he encontrado tres ejemplares en bibliotecas.
¿Cómo descubrí todo esto? Muy fácil, la cuestión apareció al recoger datos sobre los diferentes ejemplares que se encuentran en bibliotecas españolas, ya que aunque es un libro raro en comercio, no lo es en las bibliotecas españolas. El CCPBE recoge 15 ejemplares. En el catálogo de CSIC aparecen tres ejemplares, el de la Universidad de Valencia, el de la universidad de Sevilla y el del Instituto Botánico de Barcelona. En el del CSIC, si que indica que hay una edición con 128 p. el del Inst. Bot. de Barcelona. Ahora bien, aunque en el catalogo de la biblioteca de la Universidad de Valencia, al menos el acceso por Internet, indica dos ejemplares de 1575 y 1575(1576), en ambos indica la colación de 120 p. + 2 h. un pequeño fallo que gracias a la elaboración del catálogo SOMNI (gracias Apolonio) se digitalizó el ejemplar de la 2ª, por lo que pude cotejar ambas ediciones. Mis más profundas reverencias a la ciencia y la tecnología que han propiciado tan feliz descubrimiento.

No querría terminar sin referenciar tres obras posteriores:

De Christoph Clavius, la “Gnomonices libri octo, in quibus non solum horologiorum solariu[m], sed aliarum quo[quam] rerum, quae ex gnomonis umbra cognosci possunt, descriptiones geometricè demonstrantur”, por Franciscum Zanettum, Roma, 1581. Esta obra se puede considerar una obra enciclopédica (más de 800 páginas con abundantes ilustraciones) sobre Gnomónica en la que por primera vez se describe, y se demuestra geométricamente cada una de las posibilidades de construir un Reloj de sol. Menciona los principios para la medida del tiempo. Para algunos estudiosos este libro es una de las explicaciones más extensas de la Gnomónica y para otros se trata de un amplio y complejo entramado de demostraciones difícil de leer (Montucla dice en su famoso libro de la historia de la matemática que es preferible inventar la gnomónica que seguir las demostraciones de Clavius). El caso es que trata todos los problemas planteados hasta la época y relata la forma de resolverlos mediante geometría.

Portado de la obra de Clavius -que no tengo-

El autor, Cristobal Clavius, jesuita alemán, es uno de los promotores del calendario gregoriano. La regla del año bisiesto del calendario Juliano, creaba 3 años bisiestos de más en cada período de 385 años. Como resultado, el acontecimiento actual de los equinoccios y solsticios lentamente se apartaban de las fechas respectivas del calendario. El día del equinoccio de primavera determina la fecha de las Pascuas, con lo cual, la Iglesia comenzó a presionar por una reforma.

Clavius planteó que el miércoles 4 de octubre de 1582 (Juliano) debía ser seguido por el jueves 15 de octubre de 1582 (Gregoriano) para solucionar este desfase y propuso que los años bisiestos ocurran en años exactamente divisibles por cuatro, excepto aquellos terminados en 00, que debían ser divisibles por 400. Esta regla se utiliza aún hoy, y es tan precisa que no será necesario realizar ninguna otra reforma al calendario por muchos siglos. Esta medida, aunque correcta, no fue muy bien entendida. En Frankfurt, por ejemplo, los habitantes se levantaron contra el Papa y contra los matemáticos que les habían robado once días. Clavius escribió “Nueva apología del calendario romano” (1595), donde justificaba las reformas al nuevo calendario, y las defendía de los ataques.

Ya en España, las obras inmediatamente posteriores a la de Roiz fueron:

“Libro de instrumentos nuevos de Geometría, muy necesarios para medir distancias y alturas sin que intervengan números…” de Andrés García de Céspedes, Madrid, Juan de la Cuesta, 1606
“Compendio Mathematico” 9 v. de Thomas Vicente Tosca, cuyo volumen IX, dedica entre otras cosas a la gnomónica, Valencia, por Antonio Bordazar, 1715

Y para terminar, llegando a la actualidad y en relación con el sol. Os muestro este libro que curiosamente casi coincide en número de páginas, es del mismo tamaño, esta publicado 400 años después del Roiz e incluso está encuadernado en imitación a pergamino. “Tecnologías y aplicaciones de la Energía Solar”. Madrid, 1976, libro que compré en mi adolescencia fruto de mi eterna curiosidad en el terreno de las ciencias.




Libro, que como el Roiz, es primero en su temática y así lo expresa una nota del editor en la sexta hoja sin paginar del libro que dice así:

“Librería Técnica Bellisco, haciendo honor a la verdad y teniendo siempre presente en su quehacer las necesidades de sus clientes, reconoce que la decisión de editar esta obra en castellano no fue tarea fácil; si bien la novedad del tema atraería a los estudiosos en estas disciplinas, había que ofrecer una obra que iciera de éste una clara exposición.
Dada la escasa bibliografía que de este tema existe en nuestra lengua y no habiendo tenido la oportunidad de conseguir un original de autores castellanos; es por lo que esta editorial decidió publicar una obra traducida.
En ningún momento, ha querido ha querido presentar un tratado teórico, sino una obra que explique concisa y claramente las aplicaciones de la energía solar; en esta, encontrará el lector buena muestra de ello. Ninguna satisfacción mayor podía encontrar, que el haber conseguido la finalidad que al principio se impuso.
Manuel Bellisco Hernandez”


EPILOGO:

Hasta aquí llegan los buenos libros de Lamberto Palmart, los ejemplares sobresalientes de mi biblioteca, aquellos que he reunido uno a uno, no sin temblarme la mano o sintiendo un leve sudor frío y vacío en mis entrañas, cada vez que he pagado por ellos la cantidad suficiente para permitirme otras comodidades o algún que otro viaje como el resto de mortales. Pero soy bibliófilo amigos, como vosotros que me leéis asiduamente. Y esto no tiene cura. Me quedan libros, claro que sí y muchos, pero no esos ejemplares de bibliófilo dignos de mostrar y escribir sobre ellos, y robar un poco de tiempo a todos vosotros para que los disfrutéis y compartáis conmigo, regalándome a cambio los amables y entrañables comentarios que me han llenado de tanta satisfacción. Son libros modernos, libros que me han ilustrado, han saciado mi sed de curiosidad, me han alegrado, emocionado, entristecido o me han hecho reflexionar. Son libros del día a día. Los otros, los de bibliófilo, son de adquisición más lenta, de paso de tortuga, que se contraponen a la agilidad de un blog. Por eso, y reflexionando con el último artículo de Rui Martins, me tomo un descanso estival.
Tendré que reflexionar sobre mi blog, no quiero cerrarlo, pero tendré que darle otra dinámica y contenido. Un gran periodista, amigo mío me dijo “Escribe mientras tengas algo que contar”. Aunque parezca una obviedad tiene mucha verdad intrínseca y por respeto a todos los que me leéis, así debo hacerlo.
A todos aquellos que tenéis vuestro blog -no hace falta que os nombre, cada uno sabéis quien sois-, seguiré vuestros interesantísimos artículos. Tenéis mucho que decir, sois auténticos pozos de sabiduría y la regaláis en cada crónica que escribís. Amor librorum nos unit.

Saludos bibliófilos y calcófilos.


miércoles, 27 de mayo de 2009

“Govierno general moral y politico. Hallado en las fieras y animales silvestres” – 1696

Portada


Frontispicio

En Augsburgo, en 1531, el italiano Andrea Alciato, publica el libro titulado “Viri Clarissimi D. Andreae Iurisconsultiss Alciati. Mediol. Mediol. Ad D. Chonradum Peutingerum Augustanum, Iurisconsultum Emblematum Liber” conocido como “Emblemata”. Tuvo alrededor de ciento treinta ediciones en diferentes idiomas, la última en Madrid, 1749. Es una colección de 212 poemas en latín, cada uno consistente en un lema, un proverbio, una sentencia corta de enigmática expresión, una imagen y un texto epigramático. Se crea así un nuevo género literario, el emblema, una manera de difundir valores morales y didácticos a través de sentidos ocultos en figuras y frases.



Básicamente, la estructura del emblema es la siguiente:


Una figura, representada en el libro mediante una xilografía o grabado calcográfico, que tiene como misión, que el precepto moral que se pretende transmitir quede grabado en la memoria una vez descifrado el sentido. Esto no siempre ocurría, ya que en ocasiones se trata de abaratar la edición eliminando los grabados.


Un título, que suele ser una sentencia o agudeza, en cierto modo críptica, casi siempre en latín, que como "alma" del emblema da una pista para completar el sentido de la imagen.


Un texto explicativo, que interrelaciona el sentido que transmite la pictura y expresa el mote. Con mucha frecuencia, esta explicación suele hacerse en verso, utilizando epigramas latinos o en lengua vernácula.



Los temas y motivos son varios: hay emblemas que se inspiran en la flora otros en la fauna (animales de tierra, mar y aire), otros en la mitología clásica, otros en la historia, o en temas bíblicos, o en objetos diversos que por sus características ayudan a fijar en la memoria la moralidad.
Los libros de emblemas, son un grupo temático importante en el conjunto del libro español, los bibliófilos los han buscado, de hecho se puede decir que son una especialidad dentro de las categorías biblio-iconográficas. Y así lo señala Porter en su obra “Les Llibres”, cuando señala las diferentes categorías temáticas que pueden constituir una biblioteca. Lo cierto es que siempre acudo a él cuando busco referencias sobre las diferentes especialidades bibliófilas.

Entre los siglos XVI y XVIII encontramos varios autores españoles que siguen esta corriente literaria, como son: Sebastián de Covarrubias y Horozco, “Emblemas morales” (Madrid 1610), Juan Francisco Fernández de Heredia, “Trabajos y afanes de Hércules, floresta de sentencias y ejemplos” (Madrid 1682), Diego de Saavedra Fajardo, “Idea de un príncipe político cristiano representada en cien empresas” (Munich, 1640), y algún ejemplo valenciano como, Juan de Borja, Empresas Morales (Praga 1581; segunda edición ampliada: Bruselas 1680), Cortés, Jerónimo, Libro y tratado de los animales terrestres y volatiles. (Valencia 1615), Marco Antonio Ortí, “Siglo cuarto de la conquista de Valencia” (Valencia 1640), entre otros.
Dentro de este esquema literario, hay otros libros que ya presenté anteriormente que encajarían perfectamente, como la obra de Baltasar de Vitoria, “Theatro de los Dioses de la Gentilidad” y la de Juan Pérez de Moya “Philosophia Secreta”. Pero él de hoy es claro ejemplo de este género.

Esta obra la escribió Andrés Ferrer de Valdecebro , hijo de familia noble, nació en Albarracín en 1620 y murió en Alcalá en 1680. profesó como dominico en el convento de Santo Tomás de la corte, y en el cursó su brillante carrera literaria. Viajó a Nueva España donde se dedicó a la alta enseñanza teológica en El Real Colegio de San Luis de Francia en la Puebla de los Ángeles, base de la Universidad de dicha población. Como rector de dicha Academia defendió sus privilegios reales y pontificios, mejoró su rendimiento y lo abasteció económicamente gracias a sus reformas. Orador notable que compaginaba sus actividades con la predicación y catequización de los indios vecinos a Puebla. Vuelve a Madrid, en 1675 y es nombrado profesor de Teología Moral en el colegio dominicano de Santo Tomás. Confesor de princesas, predicador real de número, calificador del consejo de la suprema Inquisición. Sus obras muy numerosas se imprimieron a caballo entre México y España. En cuanto a las obras publicadas en España no he encontrado ningún problema, hay información suficiente, se imprimieron en Madrid, Burgos, Barcelona, Alcalá de Henares y Valencia. La dificultad la he encontrado con las obras mexicanas, ya que no he encontrado ejemplares en el CCPBE ni en el CCPBMx. En cambio tengo referencias de estas obras en Palau y en la Enciclopedia Universal Ilustrada Europeo-Americana Espasa-Calpe. Algunas de las obras citadas coinciden en ambas obras, en título y año, algunas en título y algunas aparecen en Espasa y no en Palau, lo que no coincide en ningún caso es el lugar de impresión, para Palau se imprimieron en Puebla y para Espasa en Txalaca. Por ejemplo, “Peligros de la America y calamidades de la Religión Católica” (Puebla de los Angeles o Txalaca, 1650). Lo cierto es que no he hecho una búsqueda exhaustiva de ejemplares mexicanos en las bibliotecas del mundo, y tampoco sé si la localidad de Puebla (Puebla de Zaragoza antes Puebla de los Ángeles) perteneció en algún momento al estado de Txacala, o ambos fueron sólo uno. Espero que nuestro bibliófilo mexicano Marco Fabricio, nos de luz sobre el asunto.

En cuanto al estilo literario de Ferrer de Valdecebro, es en ocasiones excesivamente candoroso y rebuscado, y en sus obras históricas ha sido tachado de gerundiano. Incluso el poeta ilustrado Tomás de Iriarte lo critica en sus fábulas, así en la de “El mono y el titiritero” que lleva por título “Sin claridad no hay obra buena” dice así:

El fidedigno padre Valdecebro,
que en discurrir historias de animales
se calentó el celebro,
pintándolos con pelos y señales;
que, en estilo encumbrado y elocuente,
del unicornio cuenta maravillas,
y el ave fénix cree a pie juntillas,
(no tengo bien presente
si es en el libro octavo u en el nono),
refiere el caso de un famoso mono.

El motivo de la burla, conjuntamente con el estilo literario, son los primeros apuntes que hace Andrés Ferrer sobre el fenómeno biológico de la adaptación, que forman la base de las modernas teorías evolucionistas.

El ejemplar que hoy os muestro es la tercera de cuatro ediciones, Madrid, Díaz de la Carrera, 1658; Madrid, Antonio de Zafra, 1680; Barcelona, Sebastián Cormellas, 1696 y Madrid, Juan Zúñiga, 1728. Mi ejemplar corresponde al apuntado por Palau como 90.590. Salvá solo cita la otra obra similar que escribió Ferrer, en la cual reflejaba sus emblemas morales en las aves, que es la otra obra titulada “Gouierno general, moral y politico hallado en las aues mas generosas y nobles : sacado de sus naturales virtudes y propiedades”.

Aunque todo sea dicho, existen al menos dos ediciones distintas de la que se creía que era una sola, según las obras de bibliografía. De manera que de mi libro impreso en Barcelona en Casa de Cormellas por Thomas Loriente Impresor, año de 1696, existe otra edición distinta, con los mismos datos, pero que en la portada se reflejan pequeñas diferencias tipográficas y de composición. Una de las ediciones la que no lleva frontispicio, lleva una hoja más de preliminares y viceversa. Igualmente se aprecian diferencias en las capitulares que en mi ejemplar, la edición con frontispicio, están decoradas y en la otra simplemente son capitulares tipográficas. Se corrige la errata en el título las propiedades de la Hiena, en mi ejemplar pone “PROPIEAADES” en la otra edición se corrige
Esto lo descubrí al cotejar mi ejemplar con el de la Facultad de Filosofía y Letras de Madrid, digitalizado en Google books. Y lo pude corroborar con el comentario en la ficha del CCPBE. En esta ocasión Internet gana a la bibliografía clásica.

La estructura del libro es 4º, Front. + 7 h prelim. + 398 pags + 25 h de tabla general. A cada fiera le acompaña una xilografía
Las fieras que utiliza como símbolos y los jeroglíficos que se deduce de las virtudes y propiedades de las fieras son las siguientes:



LEON: Del Príncipe, del ánimo, del Tyrano, del temor reverente, de la lascivia, de los padres.



ELEFANTE: De la templanza, de la grandeza, de África, de la venganza, de la mansedumbre, de la sugecion, de la continencia.




RYNOCERONTE: De la fortaleza, del ocioso, de la libertad.




VNICORNIO: De la velocidad, America, del provecho, de la clemencia.




TIGRE: De la voracidad.




ONSA: De la liberalidad, de la benevolencia, del agradecimiento.




LEOPARDO: De la avaricia, del engaño.




HYENA: De la discordia, de la murmuración, del cohecho.




LOBO: Del enemigo, de la mujer, del ladrón.



LYNZE: de la vista.





OSSO: De las religiones, del iracundo, de la abstinencia.




XAVALI: De la ignorancia, de la gula, del sacrificio.




CIERVO: de la penitencia, de la lisonja, de la vida.




TORO: De la Tierra.




CAMELLO: Del trabajo.




CAVALLO: Del tiempo, de la guerra, de la osadía.




CAN: De la fidelidad, del predicador, del vicio.



CYNOCEFALO: De la sabiduría, del Sacerdote, del mundo.

Cada característica del animal representado la desarrolla como un capítulo, al que sigue un “geroglífico” de dicha característica que igualmente forma un capítulo y a este le sigue una digresión, que enlaza con la característica analizada. Todo este conjunto forman un total de ciento tres capítulos.

El índice de digresiones es el siguiente:
1- De la obligación precisa de los Príncipes, y Superiores para el acierto en el govierno de sus vassallos , y súbditos.
2- De la tyranía. Como arruinan las Monarquías, si usan de ellas los Governadores.
3- De los daños que acarrea la lascivia deshonestidad, y descompostura.
4- De la veneración, que a los padres, y ancianos se deve, y de la obligación de los padres en la criança de sus hijos
5- De los bienes que consigo trae la templança, y los graves daños, que al desorden acompañan.
6- De que no es ninguna ocasión justa la venganza en los Católicos, con ejemplares vivos de Gentiles, que enseñan a perdonar las injurias, y acusan la injusta ley del duelo.
7- De la ocasión porque se pierden las Monarquías, y Repúblicas, que es salir del passo de su estado los hombres.
8- De las ruinas que a ocasionado la incontinencia, y de los que han sido por continentes celebrados
9- De la ociosidad, desdichas, y males que acarrea, y le son vezinas.
10- Del riesgo a que se pone ,el que familiar trata con mugeres, aunque sean lícitas, y decentes conversaciones.
11- De que la clemencia ha de governar el Cetro en todos los Superiores, no en el rigor.
12- De la obligación, que en la criança de las hijas tienen sus madres.
13- De que no es lo mayor de los hombres ser liberales, sino saberlo ser.
14- De que la prenda mas grande del hombre, es el agradecimiento.
15- De que no es la felicidad en los poderosos la riqueza, sino desdicha, si con la avaricia la acompaña.
16- De que la codicia en los Juezes y Ministros, es la ruina de los Reynos y Pueblos.
17- De las mugeres ilustres que han mercido el mundo desde su fábrica, hasta nuestras edades.
18- De que fuera conveniente escusassen las Repúblicas los logreros.
19- Del principio y antigüedad, de las Religiones
20- De la abstinencia, y ayuno, como ha deteriorado nuestro ser natural no tenerla.
21- De los achaques, y males que la gula engendra, y desdichas que aborta.
22- De que la lisonja es el más pestilente contagio para todo linaje de Repúblicas.
23- De que la más gloriosa vida, es la que alcanza, y consigue, el trabajo.
24- De la amistad, y elección de los amigos, quan necessarios son, y como se han de conservar.
25- De que si es lícita la guerra.
26- De la Ilustríssima Familia de Predicadores, sus excelencias y antigüedad.
27- De las letras, y los más celebrados por ellas en todos los siglos.
28- De los peligros del mundo, y como se ha de huir de sus engaños.

Como veréis, los temas morales y las debilidades del hombre no han cambiado demasiado a través de los siglos.

En cuanto a la conservación del libro, llama la atención su buen estado. La encuadernación no es la original, se reencuadernaría en la primera mitad del XIX. Esta encuadernado en pergamino romana, con un discreto tejuelo rojo con el nombre y título entre unos hierros, que le da cierta elegancia y sobriedad. Las hojas, aunque no están lavadas, se conservan lisas y limpias aunque es el típico papel de mala calidad del XVII, pero la reencuadernación es muy buena. Mantienen los cortes, algo de color amarillo con unas ligeras salpicaduras en verde.

Conserva un ex libris nobiliario moderno del anterior propietario, se trata del Conde de Hoochstrate, que según he podido averiguar en elencos nobiliarios, es nieto de Juan Francisco Pérez de Guzmán y Boza, Duque de T’Serclaes, insigne bibliófilo español, hermano del Marques de Jerez, igualmente bibliófilo cuya colección descansa en la Hispanic Society. Me gustaría imaginar que este libro, del “Govierno general y moral…” no fue adquirido por el conde Hoochstrate, sino que lo heredó del ilustre bibliófilo español el Duque de T’Serclaes y que cuando me siento en el rincón favorito de mi sofá y ojeo sus páginas, son las mismas hojas que él hojeo, a la luz de un candil, allá por siglo XIX.

miércoles, 13 de mayo de 2009

“Manual del librero hispano-americano” 1948-1990

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Antonio Palau y Dulcet nacido en Montblanc en 1867, es el autor del mayor compendio bibliográfico hispánico que jamás se ha escrito, contiene registros de libros desde la aparición de la imprenta hasta la edición de este Manual. Igualmente es el mayor compendio bibliográfico en cualquier lengua. Las obras que cita están ordenadas alfabéticamente por autores cuando se conoce, y por títulos cuando la obra es anónima. Se indica el título abreviado conservando la ortografía original, por muy extravagante que fuere, y sea cual sea su lengua. Tamaño y descripción del libro, páginas, láminas, año de edición e impresor y en el caso de algún raro ejemplar, Palau añade un comentario explicativo, además de las distintas ediciones que pueda haber de cada obra y sus características. A todo esto se le suma el lujazo de indicar, cuando lo hay, el precio de venta del libro en principales librerías, Maggs, Rosenthal, Bardón, etc., indicando el año de venta y lo que se pagó por él, sea en libras, pesetas, francos, etc. Una labor realmente inconmensurable que le podemos poner cifra; 381.897 libros registrados.



Portada.

La primera edición vio la luz entre 1923 y 1927 y constaba de 7 volúmenes. Su edición corrió a cargo, al igual que la segunda, de Palau y The Dolphin Book, Oxford. Una vez publicado Palau ya se dio cuenta que la obra tenía “sensibles omisiones”. Estas omisiones le llevo diecisiete años de trabajo corregirlas, hasta que en 1948 salió de la imprenta de José M. ª Viader el primer volumen, saliendo el tomo veintiocho en 1977 y terminando así el corpus principal de la obra. Del año 1981 a 1987 se publicaron siete índices por Agustín Palau Claveras. Se trata del índice alfabético de títulos-materias, correcciones, conexiones y adiciones. Que realmente resulta muy útil para buscar obras de temáticas concretas.



Escudo en la cubierta posterior

Por último se publico una addenda al tomo primero del Manual con una tirada de 1.500 ejemplares, que añadía y corregía los registros del primer volumen de la obra. Se proyecto una segunda addenda que nunca vio la luz. Creo que la extensión de la obra, las futuras adendas y por ende su elevado precio total, debilitó las esperanzas de publicación de su autor. También influiría la viabilidad económica de tan hercúlea empresa.
Cuando adquirí la obra, la práctica totalidad de los volúmenes se encontraban intonsos, de forma que me entretuve durante muchos días rasgando los cortes. En esta faena me encontraba, cuando hallé un pequeño testimonio editorial, como apreciareis en la foto. Son dos folletos, uno publicitario y otro de suscripción. Podemos ver como anecdota que la obra completa ya se estimaba, en plena edición, en el mercado secundario en 350.000, Ptas.



Folleto



Folleto suscripción

En cuanto a la tirada de la obra, nos la indica detrás de la portada de cada uno de los veintiocho volúmenes del cuerpo central de la obra: “Esta edición consta de dos mil ejemplares en papel corriente, cien en papel de hilo numerados con la firma del autógrafa del autor en el primer volumen y uno fuera de serie.” No pude evitar hacer un pequeño cálculo. Si descontamos las bibliotecas tanto españolas, como las de habla hispana, ya sean públicas o universitarias, así como algunas de las principales bibliotecas nacionales del mundo, así como las bibliotecas de las principales universidades mundiales y las buenas librerías, creo que deben restar unos pocos cientos de “Manuales” en manos de bibliófilos. Así que gracias a mi amigo Diego, que me pasó la información de donde podía encontrar un buen ejemplar de esta inigualable bibliografía, y además a buen precio, estoy eufórico y me siento un afortunado bibliófilo.

Realmente se pueden sacar infinidad de comentarios, artículos y estudios de las obras citadas, y se puede ser más o menos crítico con ellos, y estar o no de acuerdo con las opiniones que Palau expresa. Se puede hablar de sus errores en las descripciones de los libros -que hay pocos, pero los hay-. Infinidad de datos que pueden dar lugar a debate. Pero todo eso se puede quedar en el tintero en esta ocasión. He preferido en esta ocasión, sacar a la luz pequeños detalles que son curiosos, que pasan inadvertidos y que nos dicen mucho de la obra. Una curiosidad que asalta al lector al principio del prólogo de la primera edición es, en las primeras líneas, los requisitos para ser librero en el siglo XVIII. Dice así:

“Durante el siglo XVIII la profesión de librero exigía un aprendizaje de cuatro años, saber latín, leer griego, guardar buenas costumbres y tener una honradez acrisolada. Los estudios podían empezar a cualquier edad, pero hasta cumplir los veinte años no era posible examinarse. El examen tenía lugar en presencia de los síndicos y si se sacaban buenas notas se obtenía el carnet de aprendizaje. Luego seguían cuatro años más de ensayo, y después de estos ocho años prescritos por las leyes, se adquiría la patente de librero por cuatro mil reales.” Vamos, como hoy en día, pero un poquito más relajado.


También quiero reflejar a través de los colofones la gran labor editorial y el tránsito de esta larga edición en el tiempo, cuarenta y dos años en total, que llevo esta segunda edición que alcanza los treinta y seis volúmenes.

En ellos encontramos, cambios de imprentas, detalles históricos, eventos y sucesos familiares y religiosos, que leídos en conjunto muestran las eventualidades que han ido sucediendo a la par de la larga vida editorial de esta obra. Estos son los colofones y sus pequeñas historias.

Tomo 1: Acabose de imprimir este tomo primero, en la imprenta de José M. ª Viader, de San Feliu de Guixols, el 13 Junio 1948, día de San Antonio; patrón del autor de la obra y de su primogénito. –LAUS DEO-



Colofón y marca del impresor Tomo I

Tomo 2: Acabose de imprimir este tomo segundo en la imprenta de de José M. ª Viader, de San Feliu de Guixols, el 23 abril1949, fiesta de San Jorge, patrón de Cataluña, 333 aniversario del fallecimiento de Cervantes y día del Libro Español - LAUS DEO-

Tomo 3: Acabose de imprimir este tomo tercero en la imprenta de de José M. ª Viader, de San Feliu de Guixols, el viernes de Pasión del Año Santo de 1950 –LAUS DEO –

Tomo 4: Acabose de imprimir este tomo cuarto en la imprenta de de José M. ª Viader, de San Feliu de Guixols, el viernes de Pasión de 1951 y al cumplir 26 años el nieto del autor Jorge Palau Fusade – LAUS DEO –

Tomo 5: Acabose de imprimir este tomo quinto en la imprenta de de José M. ª Viader, de San Feliu de Guixols, el día llamado de Nochebuena de 1951, que era cuatro días después de haber cumplido ochenta y cuatro años el autor de esta obra. – LAUS DEO –

Tomo 6: Acabose de imprimir este tomo cuarto en la imprenta de de José M. ª Viader, de San Feliu de Guixols, el día tres de febrero de 1953, al cumplir 27 años el nieto del autor, Enrique Palau Hernández, afincado en la ciudad hispanoamericana de Caracas. – LAUS DEO –

Tomo 7: Acabose de imprimir este tomo cuarto en la imprenta de de José M. ª Viader, de San Feliu de Guixols, unos días después del nacimiento de María Asunció Castells Palau, biznieta del autor, que fue en 13 de febrero de 1954. –LAUS DEO –

Tomo 8: Este tomo octavo se empezó a imprimir en febrero de mil novecientos cincuenta y cuatro en vida del autor quién cuidó de su edición hasta la víspera de su muerte y página 357 se terminó de imprimir en día 1 de marzo de 1955 a los tres meses del sepelio de Antonio Palau Dulcet descanse en Jesús nuestro Señor.

Tomo 9: Se termino de imprimir este volumen el 12 de mayo de 1956, cuarenta y cuatro aniversario del fallecimiento de Don Marcelino Menéndez y Pelayo y en el centenario del insigne polígrafo. – LAUS DEO –

Tomo 10: Se terminó de imprimir este volumen X el día 5 de Junio de 1957 en la imprenta de José M. ª Viader de San Feliu de Guixols. – LAUS DEO –

Tomo 11: Este tomo XI se terminó de imprimir en la imprenta Viader de San Feliu de Guixols, el día 16 de julio de 1958, fiesta de la Virgen del Carmen, patrona de los hombres de mar. – LAUS DEO –

Tomo 12: Este tomo XII se terminó de imprimir en los talleres de José M. ª Viader de San Feliu de Guixols el día 24 de septiembre de 1959 fiesta de Nuestra Señora de las Mercedes, patrona de la ciudad condal de Barcelona. – LAUS DEO –

Tomo 13: Este tomo XIII se terminó de imprimir en los talleres de José M. ª Viader de San Feliu de Guixols el día 2 de febrero de 1961, fiesta de la Purificación de Nuestra Señora patrona de la ciudad de Valls del Campo de Tarragona. –LAUS DEO-

Tomo 14: Este tomo XIV se terminó de imprimir la víspera de la Ascensión del señor de 1962 en la imprenta de de José M. ª Viader de San Feliu de Guixols – LAUS DEO –

Tomo 15: Este tomo XV se empezó a imprimir en 19 de noviembre de 1962 en la imprenta de Sucesores de Rivadeneyra, S.A., de Madrid, y en la misma se terminó, en 30 de Julio de 1963. -LAUS DEO-

Tomo 16: : Este tomo XVI se empezó a imprimir en 30 de julio de 1963 en la imprenta de Sucesores de Rivadeneyra, S.A., de Madrid, y en la misma se terminó, en 15 de Julio de 1964, festividad de Santa Teresa de Jesús. -LAUS DEO-

Tomo 17: Este tomo XVII se terminó de imprimir en la imprenta de Sucesores de Rivadeneyra, S.A., de Madrid, el 14 de octubre de 1965, el mismo día que contraía matrimonio el nieto del autor, Agustín Palau Baquero con Montserrat Gisbert Batlle, hija de Antonio, bibliófilo de Gerona. –LAUS DEO-

Tomo 18: : Este tomo XVIII se terminó de imprimir en la imprenta de Sucesores de Rivadeneyra, S.A., de Madrid el día 30 de septiembre de 1966, fiesta de San Jerónimo patrón de los libreros. –LAUS DEO-

Tomo 19: : Este tomo XIX se terminó de imprimir en la imprenta de Sucesores de Rivadeneyra, S.A., de Madrid, en 1967 y en el mes de diciembre en que se cumplían los cien años del natalicio del autor que Santa Gloria haya –LAUS DEO-

Tomo 20: : Este tomo XX se acabó de imprimir en la imprenta de Sucesores de Rivadeneyra, S.A., de Madrid, en las postrimerías de 1968, mientras la Humanidad contemplaba como la astronave Apolo VIII conseguía salir del y regresar al campo gravitatorio terrestre, superando así los tres hombres que la gobernaban la gesta de las tres carabelas vaticinada por Séneca. –LAUS DEO-

Tomo 21: Se acabó de imprimir este volumen XXI en la Imprenta Industrial S. A. , de Bilbao. El día de los Santos Inocentes de 1969, año de la Luna. –LAUS DEO-



Colofón Tomo XXI

Tomo 22: La imprenta Industrial S. A. de Bilbao terminó la impresión de este tomo XXII en el mes de setiembre de 1970, a poco de ponerse a la venta la segunda serie de Homenots, de Josep Pla, con la Biografía de Antonio Palau y Dulcet. –LAUS DEO-

Tomo 23: A Miguel de Cervantes le inutilizó la mano izquierda el combate de Lepanto. Lo recordamos hoy, día de su santo Patrono, al terminar de imprimir en la Imprenta Industrial de Bilbao este tomo XXIII a nueve días del cuarto centenario del 7 de octubre de 1571. –LAUS DEO-

Tomo 24: En el 1972 presente Año Internacional del Libro estimamos oportuno sustituir el colofón propio de este tomo XXIV por el de una edición incunable del Libro de Albeitería de Manuel Dieç.



Colofón Tomo XXIV

Tomo 25: Se termino de imprimir este tomo XXV a fines de 1973 por la Imprenta Industrial de Bilbao S. A., cuando el cometa “Kohouter” se hizo visible a nosotros, los hombres. –LAUS DEO-

Tomo 26: Se terminó de imprimir este tomo XXVI la víspera de la Ascensión del Señor por los Talleres Gráficos Hostench, S. A. de Barcelona, a los nueve meses de fallecer nuestro querido hermano Enrique el día de la Asunción de María. Dios lo tenga en su Gloria. 1974-1975.

Tomo 28: Vox populi vox Dei. Con esta rúbrica, compuesto y compaginado por Santiago Soto e impreso en los Talleres Gráficos Hostench, S. A. de Barcelona, acaba este tomo XXVII en la víspera de San Jaime Patrón de España de 1976. –LAUS DEO-
Tomo XXVIII: Con este presente tomo XXVIII se acabó de imprimir el día 30 de septiembre de 1977, festividad de San Jerónimo, patrono de los mercaderes de libros, esta segunda edición del Manual del Librero Hispano-Americano, cuyos tomos I al XIV corrieron a cargo de la Imprenta de José María Viader, de San Feliu de Guixols; de Sucesores de Rivadeneyra de Madrid, los XV al XX; de Imprenta Industrial de Bilbao, del XXI al XXVIII, y de Santiago Soto y Hostench, de Aribau, 133 y Córcega , 231 respectivamente, de Barcelona los tres últimos- DIOS SEA ALABADO-

Tomo Índice 1: Se terminó de imprimir este tomo primero en Talleres Gráficos Hostench de Barcelona en 1981, al año del fallecimiento de Antonio Iglesias Palau, nuestro primer nieto, con el consuelo de recibir el Cuerpo de Jesús por primera vez en el mismo aniversario, el menor de ellos Marc Palau Gibert. 1981 –LAUS DEO-



Marca diferente en este tomo en la cubierta posterior.

Tomo Índice 2: Este Tomo Segundo ha sido compuesto en la Oficina de Gràcia/Graf e impreso en los Talleres Hostench, ambos de Barcelona, y acabado en mayo de 1982 cuando se cumplían trescientos años el día 24 de la dedicación de la Parroquia de S. Pedro en el barrio de L´Escala d´Empuries –LAUS DEO-

Tomo Índice 3: Este tomo tercero se terminó de imprimir por los Talleres Gràcia/Graf S. A. y Talleres Gráficos Hostench de Barcelona el 28 de mayo, víspera de la fiesta del inefable misterio de la Trinidad Divina, de 1983. –LAUS DEO-

Tomo Índice 4: Este tomo cuarto se terminó de imprimir por los Talleres Gràcia/Graf S. A. y Talleres Gráficos Hostench de Barcelona el 25 de marzo, fiesta de la Encarnación del Verbo. Año 1984. –LAUS DEO-

Tomo Índice 5: Este Tomo Quinto ha sido compuesto en la Oficina Gràcia/Graf e impreso en los Talleres Gráficos Hostench, ambos en Barcelona, y acabado en febrero de 1985, cuando se cumplían quinientos años el día 17 de la entronización de la imagen de Nuestra Señora de los Ángeles en su Convento Dominicano del Perú de la Creu de la misma Ciudad Condal. –LAUS DEO-

Tomo Índice 6: Este Tomo Sexto ha sido impreso en los Talleres Gráficos Hostench de Barcelona y acabado la víspera de la Epifanía del Señor Jesús Hijo de Dios. 1986. –LAUS DEO-

Tomo Índice 7: Este Índice de Títulos-Materias del Manual del Librero Hispanoamericano empezó a imprimirse en 1981, cuatro años después de acabar se la impresión de los veintiocho volúmenes del Manual, y se concluye con este VII ahora al comienzo del año de Cristo Nuestro Señor 1987

Tomo Addenda 1: Este volumen complementario o addenda del tomo primero del Manual del Librero Hispanoamericano se terminó de imprimir por los talleres Gràcia Graf y Talleres Gráficos Hostench de Barcelona la víspera de San Jaime, Patrón de todas las Españas 1990 –LAUS DEO-

Quiero terminar recordando, al hablar de bibliografías, a Vicente y Pedro Salvá y su catálogo. Dejo a Diego Mallén un futuro comentario sobre esta obra, -sé que lo hará mejor que yo- ya que tanto le ha marcado en su vida como bibliófilo y por el especial doble aprecio, el que Diego le tiene a todo aquello que lleve el “sello” Salvá, como el aprecio que yo personalmente le tengo a Diego, por los agradables momentos de tertulia libresca, los inestimables consejos que me da, y como no, por su calidad humana.

jueves, 7 de mayo de 2009

“Theurgia general y específica” – 1747

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Hace poco tiempo en el blog de “Marcas Tipográficas” venía un artículo sobre las exposiciones en la Biblioteca Histórica Marqués de Valdecilla, en la Universidad Complutense. En dicho artículo se enlazaba con la web de esta biblioteca y a través de ella se puede acceder al histórico de exposiciones; que por cierto es un placer dar una vuelta virtual por todas ellas y observar las distintas joyas bibliográficas que se exponen. Del 15 de Enero al 28 de Febrero de 2007 tuvo lugar la exposición denominada “La Biblioteca Mágica”. Entre los libros allí expuestos se encuentran tres títulos parejos a los de mi biblioteca, la “Philosophia Secreta” de Juan Pérez de Moya, la “Magia natural” de Hernando Castrillo y la “Theurgia General” de Juan Bernardino Roxo. Creo que a cualquier bibliófilo le puede llenar de orgullo ver como sus libros, sus títulos, se muestran en exposiciones monográficas de esta categoría.

Antes de continuar os voy a contar una breve anécdota, que sirve de preámbulo a la presentación de este libro.
Entre otras cosas me gustan los minerales, son pequeñas maravillas de la naturaleza, sus colores y formas caprichosas son ejemplos diminutos de las bellezas que nos regala la Tierra. Por otro lado y en general, son pequeños, fáciles de manejar y es una delicia contemplarlos, admirar sus colores y formas. Y en ocasiones al incidir sobre ellos un rayo de luz desprenden hermosos destellos que hechizan. Claro está también me preocupa su origen, composición, estructura cristalina, etc.
En Valencia se celebra en el mes de noviembre una feria de minerales, en un hotel de la ciudad, donde se reúnen comerciantes y coleccionistas. El salón se queda pequeño y entre tanta geoda, piedras preciosas, fósiles y la enorme cantidad de focos que alumbran los puestos, da la impresión de encontrarte en una escondida cueva de la Arabia Feliz, donde algún pequeño califa ha escondido sus tesoros. De manera que andaba yo merodeando entre los puestos buscando alguna piedra llamativa y me paré ante un tenderete que tenía trozos de meteoritos de diversos tamaños. El vendedor que no había vendido demasiado esa mañana atendió a una chica que estaba a mi lado. La chica, interesada por los meteoritos, le consulto acerca de las propiedades de estos. El vendedor le dijo que era una aleación níquel-hierro con una estructura cristalina. La chica le dijo “no, no… me refiero a las propiedades curativas, si viene de las estrellas… ¡tendrá propiedades maravillosas! El vendedor le respondió “Usted cree que si las piedras preciosas, minerales y meteoritos tuvieran algún tipo de propiedades ocultas, ¿no me habría beneficiado ya de ellas, al estar continuamente en contacto con gran variedad y cantidad de piedras? La chica se dio media vuelta y se fue. El vendedor enfadado me dijo “Si le hubiera dicho que comprando un gran meteorito, su suerte crecería en relación a su tamaño, le hubiera vendido un buen ejemplar”

Pues este libro tiene parte de culpa en todo esto, tan habitual en nuestros tiempos. Remontándonos a siglos pasados, la visión mítica de las piedras preciosas, relacionada con la astrología, no acaba con la llegada de lo que podríamos considerar ya como ciencia, en el Renacimiento. Por el contrario, a lo largo de los siglos posteriores podemos encontrar múltiples libros en los que una parte importante de su contenido está dedicado a las "piedras", preciosas o no, consideradas desde el punto de vista de la "magia natural". Las fuentes de información en las que se apoyan estos libros son los autores grecorromanos, aderezados con las fantasías que iban incorporando los distintos autores filosóficos cristianos (como San Isidoro) y los lapidarios medievales.

Existe algún ejemplo anterior a la publicación de la “Theurgia”, como la obra de Gaspar de Morales “Libro de las virtudes y propiedades maravillosas de las piedras preciosas”, publicado en Zaragoza en 1605. Trata de las piedras fundamentalmente desde el punto de vista medicinal, basándose en los lapidarios medievales (Marbodeo y Camilus Leonardus) y en Agrícola. Su visión astrológica, o alguna de sus interpretaciones bíblicas, hizo que fuera incluido en el Índice de libros prohibidos. Igualmente podemos citar la popular obra de Jerónimo Cortés “Fisonomía y varios secretos de naturaleza” publicado inicialmente en Valencia en 1594, reeditada varias veces en los años siguientes, incluso en pleno siglo XIX. Libro que es una amalgama de recetas domésticas, trucos de juegos de manos y mitos absurdos, tomados de Aristóteles, Plinio, Alberto Magno o Aranda. De todos modos, aunque carece de interés científico, siempre puede encontrarse un dato anecdótico real, como la presencia de "jacintos", es decir, granates, junto a una fuente en las afueras de Toledo.
Lo mismo que el libro de Gaspar de Morales, el de Cortés tuvo problemas con la inquisición siendo también expurgado en 1741.



Otros libros en los que se trata también de piedras preciosas de la misma forma son el de Hernando Castrillo, “Historia y magia natural, o Ciencia de la filosofía oculta”, siendo la primera edición de 1649 por Diego Pérez Estupiñan en Trigueros. El último en el XVIII, es el que hoy nos ocupa, el de Juan Bernardino Roxo,“Therurgia general y específica de las graves calidades, maravillosas virtudes y apreciable conocimiento de las más preciosas piedras del universo” publicado en Madrid por Antonio Marín en 1747 en 4º, 36h + 343 Págs.

Hasta el siglo XIX, la mayor parte de los escritos españoles sobre gemas se encuentran como capítulos dedicados a las piedras preciosas en las obras de "magia natural" o de "secretos de naturaleza".

Del autor poco sabemos. Consultando en la Enciclopedia Universal Ilustrada Europeo-Americana Espasa Calpe, nos dice que “fue un escritor español del XVIII, residente en Sicilia. Escribió dos obras escénicas, tituladas respectivamente: “El amor correspondido sin poder lograr su centro” (Mesina, 1713) y “El esclavo de María”, y el libro “Ilustraciones varias” que citó Clemencín en sus notas al Quijote. Este escritor cultivó también la poesía.” Me llama la atención que no se cite la Theurgia en la Espasa.
En la portada del libro nos dice, “Juan Bernardino Roxo, Capellán Mayor Jubilado , Delegado Apostólico, con facultades de Vicario General de los Exercitos Cathólicos en las Expediciones de Orán, penúltima de Italia, y electo que fue para la que se hacía en Mallorca en el año de 1740 e Inquisidor en ellos, etc.”
La obra “Theurgia General” aparece en varias bibliografías: Palau 276.251, Bibliografía Mineral , 1871-2 de Maffei & Rua Figuera y Gemology Bibliography de Sinkankas, 1993. nº 5599.



Paso a relataros el contenido de este libro y algunos detalles curiosos. El autor lo que realmente a hecho es una recopilación del tema, sacando información de muchos autores, que va indicando en apostillas marginales. Realmente en la cuestión de las piedras, no aporta nada nuevo pero Roxo se aplica lo de que “Si copias un libro de un solo autor es plagio, pero si copias de muchos es investigación”.
Lo primero que aparece en los preliminares después de la portada es la dedicatoria del libro, que va dirigida a, resumiendo, Dña. María Spinola y Sylva, Condesa de Siruela. Graciosísima carta en la que después de subrayar la importancia del linaje de la señora, pasa a enumerar virtudes varias, misericordia, nobleza, valor, justicia, etc. Y luego dice “En consecuencia de que la cierta, y mas firme nobleza, consiste en poseer, y practicar las ya referidas cinco virtudes, sería conveniente reconocer, por algún indicio, las personas más aptas para ejercerlas; y así digo, que de la excelencia de la hermosura, composición del cuerpo bien formado, y perfectamente de buena estatura corporal, es indicio, y argumento fuerte de la bondad interior, y del valeroso ánimo,” y así continúa haciendo un discurso que se podría resumir en “que s e mueran los feos”. Por lo visto el dicho inquisidor , Don Juan Bernardino, estaba prendido de la hermosura de su mecenas, incluso hace hincapié en ello más adelante.
Continua con dos aprobaciones, dos licencias, “Tabla de los Ordenes contenidos en este Libro”, “argumento y observación que podrá tener el piadoso, prudente y cortesano lector” y para terminar los preliminares, una “carta admirable y digna de toda consideración” y después de tan largos preámbulos empieza el Orden primero. El Libro está dividido en XXIII Ordenes (capítulos), cada Orden en noticias, y cada párrafo está numerado consecutivamente al igual que las noticias, desde el primer Orden al último con un total de LXXIII noticias y 257 párrafos. Esto en la parte dedicada a las piedras, en las que se numeran algunas conocidas, otras con nombres arcaicos y otras desconocidas, así habla del diamante, esmeralda, jaspe, jacintho, Onyx, piedra iman, piedra coral, etc. O la Amethysto, Piriter, Eliotropi, Selenite, etc. Y otras más fantásticas, piedras Bezar , anillo de Giges, piedra de los dragones, piedra de música, piedra de sabor de comida, piedra del sol, etc. Hay otros capítulos dedicados a los espejos, a las tazas y vasos de los agüeros, de los prodigiosos colosos y estatuas, sepulcros y exequias de la antigüedad, de los significados de los colores, de las banderas e incluso un Orden dedicado al desastroso final de famosos hombres.


Roxo utiliza, como he dicho antes numerosa bibliografía para la confección de su obra. Entre ellas hay algunas conocidas como “Historia y Magia Natural” de Castrillo, que es utilizada innumerables veces a lo largo de su libro y realmente calca sus citas, otras obras utilizadas son el “Dioscórides” de Laguna,“Secretos de la Naturaleza” de Jerónimo Cortés, “Theatro de los Dioses” Fr. Baltasar de Vitoria, Plinio, Arnaldo de Vilanova, Schedel, S. Isidoro, Félix Palacios, etc. Luego me llama la atención dos obras utilizadas, según Roxo “Recreación de Curiosos” del Abate Diego de Zúñiga, que es una obra en italiano de este jesuita titulada “La Ricreazione de’ Curiosi” 1706. Palau 381592. Otra obra muy citada y utilizada es la de Cesar de la Rivera “Mundo Mágico”, esta me ha costado más trabajo averiguar algo de ella, pero al final se trata de Cesare della Riviera “ Il mondo magico degli heroi, nel quale con inusitada chiarezza si trata qual sia la vera Magia naturale e como si posa fabricare la Pietra de’ Filosofi, unico instrumento di tale scienzia, narrandosi ad uno gli mezzo un perfecto Heroe” Francesco Osanna, Mantua, 1605.
Cesar de la Rivera (1538-1620) es considerado un hermetista tremendamente oscuro y de difícil lectura, a pesar de los esfuerzos que hizo Julius Evola, en el estudio introductorio de su reedición, en 1932. Esta obra también se hallaba en la biblioteca del oscense Juan Vicencio de Lastanosa, erudito, coleccionista, mecenas, intelectual, amante de las ciencias y curioso de la Alquimia, junto con otras obras herméticas.



Cuando termina Roxo sus disertaciones acerca de las propiedades de las piedras, nos regala el “Discurso Giganteo, dividido en dos consideraciones y estas en vetinocho excessos” Curiosa exposición sobre gigantes y enanos, tratado de forma anecdótica y no como un tratado escabroso de teratología.
Termina la obra con una narración, que no viene al caso, titulada “Vida y sucessos del fingido Obispo Griego Francisco Camacho”, chocante narración aventurera de un iletrado que debidamente entrenado se hace pasar por Obispo, realizando todos los menesteres de su condición, recorriendo toda España hasta que lo pillan en Sevilla, Según el autor los hechos son verídicos y el protagonista terminó trabajando de lacayo en casa de la familia del autor.

Como veréis libro curioso de principio a fin.

miércoles, 29 de abril de 2009

“Historia del Cielo o nuevo aspecto de la Mithologia” 1773-1779









Estos dos volúmenes aparecieron ante mi un poco por casualidad, no tenía ninguna referencia bibliográfica de ellos, es más ignoraba su existencia. Tampoco sé cual fue el motivo que obligó a mi mano a levantarse hasta lo alto de sus lomos para asirlos y hojearlos. Su sucia encuadernación en pergamino no era motivo suficiente. Estaban rotulados como “Historia del Cielo” 1 y 2. Creo que sería la palabra Historia la que me llamo la atención, tal vez esperaba una especie de narración del libro del Génesis algo heterodoxa o fuera de lo común, o tal vez alguna rara historia sobre los planetas al modo de la obra “Viage estático al mundo planetario” del ilustrado Lorenzo Hervás y Panduro. Pero la intuición me decía que no era una repetitiva Historia Sagrada, como podía trasmitir el escueto titulo en un primer momento.




En primer lugar lo hojee con avidez y observé en el primer volumen unos cuantos grabados, la mayoría de índole egipcio y otros de secundarios dioses y personajes mitológicos griegos y romanos. Al mirar el titulo en la portada entendí que era una historia mitológica. Luego no me cuadró el autor, el Abad Pluche, el autor del “Espectáculo de la Naturaleza” pequeña obra enciclopédica de dieciséis volúmenes. Aun me desconcertó más el segundo volumen. Al hojearlo, aparecieron ante mí palabras como, encantos, talismanes, alquimia, invocaciones, etc. Con detenimiento leí el prólogo del traductor e indicaba que era el colofón de la obra de Pluche, “El Espectáculo de la Naturaleza”. Evidentemente tenía que completar mi pequeña enciclopedia ilustrada.



Ciertamente la obra es curiosa porque admite una segunda lectura. Evidentemente el autor trata de todas las falsedades, supersticiones y falsos dioses censurando y desautorizando sus principios contrarios a la Iglesia, no de manera muy profunda, dos tomitos no dan para mucho, pero si tocando todos los palos. Por poner un ejemplo, los grandes libros sobre brujería y demonología han sido precisamente los que han tratado de su reprobación como, ya que he empezado a citarla, la obra de Pedro Ciruelo “Reprouacion de supercherias y hechicerias” o el famoso “Malleus maleficarum” de Heinrich Kramer y Jacob Sprenger. De esta forma el Abad Pluche desmarcándose un poco de la orientación de su anterior obra nos sumerge en un mundo un poco oscuro y olvidado.



Muestra un gran interés por las deidades egipcias, a las que dedica gran parte del primer tomo. Casi es un pequeño tratado de egiptología, antes de los grandes descubrimientos. No aporta nada nuevo en la época pero si le da al público hispano la oportunidad de conocer someramente la cultura egipcia, que hasta el momento que yo sepa, no tenía una gran difusión.
Voy a trasladar los índices que dan una clarísima idea del contenido de la obra:
Volumen 1:
Prólogo del Traductor.
Plan de esta Obra.
Orden de las láminas y explicación del frontispicio.
Lib.I. El Cielo Poético, pag 1
Cap. I. Origen de los nombres que dio la antigüedad a diferentes partes del Cielo, 4.
II. Las Neomenias, 9.
III. Las Invenciones del Zodiaco, 16
IV. La Invención de la Escritura Symbolica, 23.
V. Symbolos mas frecuentes y afición a las Alegorias. 24.
VI. Otros vestigios de la antigüedad de las Figuras Symbolicas.
VII. Origen de los Symbolos Egypcios: el Laberynto. 29
VIII. Descripción de los Symbolos Egypcios. 42.
IX. Continuación de los Symbolos Egypcios. 55.
X. Symbolos del año Solar. Año Solar Osiris, 60.
XI. Año Civil. Isis, 66.
XII. Las Labores, o año Rustico. Horo, 72.
XIII. Continuación de los diferentes trabajos del año, 75.
XIV. Harpocrates o la Policia, 82
XV. Ceremonias Symbolicas, memoriales de los sucesos pasados, 90.
XVI. Continuación de los Signos de las cosas pasadas, 97.
XVII. Animales vivientes hechos Symbolicos, 105.
XVIII. Symbolos y ceremonias mortuorias, 108
XIX. El Cielo Poetico. Cap. II.
XX. Theogonia, o Symbolos personificados., 108.
XXI. Dios, el Sol y Osiris confundidos o equivocados, 123
XXII. Jehou, Ammon, Neptuno, Pluton, 127.
XXIII. Isis, la Reina del Cielo, 130.
XXIV. Horo, el establecimiento de las leyes.
XXV. Menes, falsedad de la Chronologia Egypcia, 134.
XXVI. Anubis, Loth y Esculapio, 141.
XXVII. La Propagación de los Dioses Egypcios y progresos de la Idolatría, 144
XXVIII. Los Dioses de Egypto comunicados al Asia y Europa por los Phenicios, 145.
XXIX. El Rey, la Reyna del Cielo y exercito celeste, 149
XXX. Moloch, Baal, Adonis, y Achad, 150.
XXXI Carro del Sol, equipages de los Dioses, 152.
XXXII. Isis, Balsamina, Hammalta, la Reyna del Cielo Aserot, Asterot, Aprodite, 154.
XXXIII. Deyo, Dione, Diana, Heeates y Artemisa, 161.
XXXIV. Cybeles, 168.
XXXV. Venus, Ilithye, Militta, 170.
XXXVI. Palas, Pales Minerva, 177.
XXXVII. Dagon. 183.
XXXVIII. Minos, 184.
XXXIX. Dionisio, Bacho, 192.
XL. Apolo, Beleno, Latona, 209
XLI. Marte, Hezo, 216.
XLII. Hercules, 218.
XLIII. Vulcano, Ephastos, Mulciber, 220.
XLIV. Atlas, 224.
XLV. Heros, el Amor, Hymeneo, 230.
XLVI. Proteo, 233
XLVII. Mercurio, Hermes, Camilo, 236.
XLVIII. Dédalo, Ícaro, 247.
XLIX. Los Cadires de Samothracia, 256.
L. Apolo, las Musas y las Gracias, 258.
LI. Las Furias Parcas y Harpías, 265.
LII. Belerphonte, Perseo, Andrómeda, 268.
LIII. Niobe, 272.
LIV. Argos, 277.
LV. Circe, 280.
LVI. Las Sirenas, 284.
LVII. Las Methamorphosis y Phantasmas, 286
LVIII. La Genealogía de los Dioses, 289.
LIX. Saturno, 295.
LX. Origen de los animales Sacros, y del a Metempsicosis, 303.
LXI. Los animales Sacros venerados con culto religioso, 306.
LXII. Origen de Apis y Mnevis, 309.
LXIII. Pruebas del culto dado a estas divinidades Estrangeras, 313.
LXIV. Python o Typhon, 319.
LXV. Secreto de los mysterios Egypcios, 325.
LXVI. Recapitulación de esta Obra, 353.
LXVII. Explicación de las plantas de Egypto, 361.



Volumen 2:

La adivinación. Página 1.
Las influencias. Pág. 9.
La adivinación por las entrañas. Pág. 10.
La adivinación por las Serpientes. Pág. 13.
Los Encantos, Pág. 15.
La Astrología, Pág. 17.
El Poder de los Planetas. Pág. 22.
El Origen de la Semana. Pág. 24.
Origen, y falsedad de las Sybilas. Pág. 33.
Origen, y poder de los Talismanes. Pág. 35.
Las influencias climatericas, Pág. 37.
Origen de la Alchimia. Pág. 40.
Las invocaciones del Demonio. Pág.41.
La Cosmogonia. Pág. 52
El caos, o materia primera de los Philosofos. Pág. 54.
Los principios de los Alchimistas, Pág.59.
Los principios de las composiciones conocidas. Pág. 77
La materia primera de los Philosofos Griegos. Pág. 117.
El mundo aristotélico, y elementos de los Peripatéticos. Pág. 129.
El de Epicuro. Pág. 149.
El de Gasendo. Pág. 151.
El de Descartes. Pág. 154.
El de Neutón. Pág. 212.
Dictámenes sobre la Physica de Neutón. Pág. 233.
La Physica de Moyses. Pág. 255.
Consecuencias de la Historia del Cielo. Pág. 286
Advertencia sobre el origen de la idolatría. Pág. 328.

La edición del segundo volumen se pospuso seis años. Seguramente la temática de este segundo tomo como vemos en el índice no terminó de ser del agrado de las autoridades eclesiásticas. Alguna pista nos da de ello Fr. Pedro Rodríguez en el prólogo del traductor cuando dice, “Lector amigo: Há mucho tiempo, que tengo ofrecida esta segunda Parte de la Historia del Cielo. Pero no fue omisión mia, el que salga tan atrasada. Algunos enfadosos estorvos aún me hicieron recelar, que no saldría a la luz. “. Igualmente un poco mas abajo nos da el sentido de la Obra. “Apenas hay Capítulo en esta Obra, cuyo contenido no se dirija a hacernos palpables muchos rasgos de la Sabiduría, y Bondad infinita hasta en la mas despreciable criatura. Las doctrinas de este templado, y piadoso Autor, van tan enlazadas con las verdades theológicas, y de fe, que solo hacen un cuerpo de sólida instrucción, y providad.” Y así es, se atacan y reprueban las actuaciones impías, dentro del estilo de la obra de Feijoo.



Las treinta y una láminas que acompañan al primer volumen son de una calidad, digamos que para salir del paso, pero su iconografía tiene cierta belleza por lo elemental de las representaciones, rayando en la inventiva en algunos casos.
Los dos tomos son en 4º, encuadernados en pergamino, con una sencilla rotulación en el lomo. El primer volumen tiene algunas manchas de oxido que se forman en la periferia de las páginas, cosa que no ocurre en el segundo.
El primer volumen esta impreso en Madrid, en la Imprenta de Pedro Marín en 1773 y se vende en casa de Miguel Escribano. Y contiene frontis. + Portada +15h de preliminares + 375 Págs. El segundo volumen está igualmente impreso en Madrid pero en la Imprenta de Pantaleón Aznar en 1779 vendiéndose en la misma librería. Contiene Portada + 7h. de preliminares + 340 Págs. + 2h de tabla.