sábado, 12 de abril de 2008

"Astronomicon", 1679






Este libro es uno de los pocos que tengo en latín, pero hay tres razones que me llevaron a adquirirlo; lo curioso del tema, la belleza del libro y que hay publicada una traducción del mismo (Astrología. Marco Manilio. Ed.Gredos. col. Biblioteca Clásica).
En primer lugar empezare por el contenido y al final seguiré con el continente, el libro en si.


El “Astronomicon” es un libro sobre astrología escrito por Marco Manilio. Obra magnifica en cuanto a la enseñanza de la astrología se refiere. Manilio fue un poeta latino con buenos conocimientos de astronomía y astrología, que vivió en el siglo I. Contemporáneo de Augusto y Tiberio.

El “Astronomicon” es el primer poema astrológico de la historia. La obra está dividida en cinco libros.
En el primero lleva al lector al conocimiento de la astronomía y de su teoría de la formación del universo. Me ha resultado curioso comparar la teoría de Marco Manilio sobre el origen del universo, con las últimas teorías cosmogónicas (os invito a que leáis la revista del Investigación y Ciencia Temas nº51 que trata sobre el Tiempo. Artículo “El universo antes de la gran explosión” de Gabrielle Veneziano) la verdad es que he encontrado ciertos paralelismos. Manilio nos dice en el primer libro vv.123-129
“Ya sea que el universo, al sacar sus elementos de la nada
no necesita nacimiento, sino que existió y existirá siempre
por no tener principio ni tampoco fin; ya sea que el caos lo
engendró en cierto momento mediante la separación de los
principios de las cosas, mezclados entre sí, y que la oscuridad,
tras haber alumbrado el universo luminoso, se vio obligada
a refugiarse en las tinieblas abismales; ya sea que la naturaleza
destinada a deshacerse y a volver a la misma forma, después
de miles de generaciones permanece como un agregado de in
visibles átomos, y que casi nada procede la totalidad y
en la nada se convertirá, y que una metería ciega hizo por com-
pleto el cielo y la tierra; ya sea que el fuego ha engendrado
el universo y junto con el fuego las llamas brillantes, que crea-
ron los astros de la bóveda celeste,…..”
Nos habla más delante de la esfericidad de la tierra y nos ofrece la explicación.
vv 204-206
"(la tierra)…no se extiende en amplias llanuras, sino que está
encerada en una esfera que al mismo tiempo empieza y ter-
mina en cualquier punto."
vv 213-220
"….La tierra tiene tam-
bien la forma de globo, imitando la del universo.
Por esa razón no vemos todas las constelaciones desde
cualquier punto de la tierra. En ninguna parte veras brillar a
Canopo hasta que no hayas llegado, a través del mar, a las ri-
beras del Nilo; pero los que vean esa estrella echan en falta a
Hélice (Osa Mayor)."
Quiero hacer constatar que la idea de que en la antigüedad romana y durante la edad media, se tenía únicamente la idea de una tierra plana se introdujo en el imaginario popular en el siglo XIX. La esfericidad de la tierra la viene comentando en estas épocas autores como Plinio el viejo, Macrobio, San Agustín, Boecio, Veda, San Isidoro de Sevilla, etc. Aunque bien es verdad que hubo autores que discreparon. En fin el argumento de Manilio es tajante.
El segundo libro trata de los signos zodiacales en sí y los clasifica según sus propiedades y establece relaciones geométricas, de afinidad y hostilidad entre ellos, influencia sobre las partes del cuerpo, y división en doce casas para establecer relaciones con la luna y los planetas.



En el libro tercero establece la forma de elaborar un horóscopo, con otra división en doce suertes, su cálculo preciso, modo de encontrar la suerte de la Fortuna, la influencia de los signos en los años, meses y horas y por último la descripción de los signos de Aries, Cáncer, Libra y Capricornio.
Seguidamente el libro IV hace referencia a las influencias en los nacimientos e influencias en los decanos (cada diez grados) y geografía astrológica.
Y por último el libro V trata de las magnitudes estelares y las relaciones del zodiaco con otras constelaciones.

El “Astronomicon” no fue reencontrado hasta el siglo X en el monasterio de Bobbio (fundado por Columbanos en el siglo VII en Lombardia, Italia) y hasta la aparición de la imprenta se hicieron diferentes copias de las que se conservan treinta y dos.

La primera edición incunable es la de Regiomontanus de 1474 y la que os muestro es la edición que se hizo en honor del delfín de Francia en 1679 en Paris, por Fredericum Leonard, el libro es un 4ºcuya paginación es [26], 448, [68], 88 p. y está encuadernado en plena piel con restauraciones en los planos muy cuidadas, los cantos grabados y lomo con cinco nervios, tejuelo de marroquín rojo y florones entre los nervios. Tiene el libro dos exlibris uno pequeño adherido en el contraplano delantero y otro escrito en la parte superior de la portada que indica que perteneció a la “Bibliotheca Schola Regis Edinensis” es decir a la biblioteca del real colegio de Edimburgo.


Tiene un frontispicio muy bonito que alega al Delfín de Francia anterior a la portada, la dedicatoria, prefacio, la vida de Marco Manilio y la obra dividida en cinco libros. Al poema le van siguiendo interpretaciones y anotaciones que ocupan la casi totalidad de la página, intercalando diversos grabados. Al final de la obra viene el “index vocabulorum” y las anotaciones a los libros de Paetri Danielis Hueti.
Según el CCPBE de esta edición se conservan en las bibliotecas públicas españolas cuatro ejemplares.