domingo, 14 de febrero de 2010

“Presentación y Diplomática”




“Como decíamos ayer….” recordando a Fray Luis de León en el día de su regreso a su cátedra salmantina tras cinco años de injusto cautiverio por orden de la Inquisición, retomo mi actividad bloguera con cambios sustanciales.
Por lo pronto bifurcaré mi actividad en dos direcciones. “Mis Libros Antiguos” se queda en la red por que es una prolongación virtual de mi biblioteca, que sigue recibiendo visitas y sobre todo por que le tengo un especial cariño por todas las entrañables experiencias que me ha brindado su existencia. De manera que, ocasionalmente, añadiré algún artículo que siga los parámetros que ha seguido este hasta ahora. Por otro lado nace “La Ilustración Bibliófila Española y Americana” un espacio dedicado igualmente a los libros antiguos pero con matices diferentes. En él no haré presentaciones de libros como hasta ahora, sino que trataré temas bibliófilos que me interesen y que por otro lado puedan aportar algo a los lectores.
Con su encabezamiento he querido recuperar el recuerdo de aquella publicación de inicios decimonónicos “La Ilustración Española y Americana” en cuyo espíritu me inspiro, para hablar sobre libros de ámbito hispánico y la importancia del castellano como idioma que ha servido para unir culturas diferentes
Veremos los libros en toda su dimensión como contenido y continente, y en esta ocasión no me limito a mi biblioteca sino que salto a la biblioteca mundial y utilizaré todo aquello que este a mi disposición y crea que pueda ser ilustrativo para desarrollar el tema que exponga en cada momento. También quiero darle un carácter universal y que sirva tanto para neófitos como para bibliófilos avanzados –tarea complicada, pero haré lo que pueda-.
Pero creo que el día a día, o mejor dicho, exposición a exposición darán forma a este nuevo blog, que se abre hueco entre un buen número de lugares bibliófilos que afortunadamente pueblan la red. Por eso aquí os dejo el enlace –aunque algunos ya me tenéis controlado- y os invito ha esta nueva casa donde espero que os encontréis a gusto y donde un habitante muy especial os dará la bienvenida…. http://ilustracionbibliofila.blogsopt.com

Por otro lado y en este blog, quiero dar paso a exponer una variante de la bibliofilia; la diplomática.
La diplomática es la ciencia que estudia los diplomas o documentos. Realmente el coleccionismo de documentos no debe considerarse bibliofilia, puesto que no son libros en si, aunque en algunos casos se hallen encuadernados en un volumen por tratarse de un conjunto temático o temporal que los hacen comunes o bien por que su extensión en varios pliegos crean igualmente la necesidad de formar un volumen.
En cambio si que observamos que comparte con la bibliofilia espacio físico, ya que en ocasiones archivos y bibliotecas son un solo emplazamiento. De la misma manera comparten lugares de difusión, librerías y subastas son los sitios donde poder adquirirlos.
Así podemos encontrar compra-ventas, donaciones, cartas, firmas reales, etc, de forma individual en papel o pergamino, o de forma mas esporádica, cartularios, libros cabreos, o las piezas más bellas que son las “Ejecutorias de Hidalguía” tanto por su encuadernación, en muchos casos de terciopelo y con escudo heráldico en el plano superior, como por la profusión de elementos decorativos miniados, orlas, letras capitales, escudos y retratos, además de su cuidada caligrafía. Aunque me ha interesado más el documento por contenido o antigüedad, siempre apreciando una buena conservación, una clara caligrafía y si lleva algún elemento gráfico mejor que mejor. Recuerdo que en una ocasión me deje llevar por la hermosura de un documento puje más de lo que he pagado por ningún libro por uno de los últimos privilegios rodados que se emitieron de los Reyes Católicos; bellísimo, incólume, majestuoso. Por suerte o por desgracia me sobrepujaron, aun hubo un loco mayor que se dejo llevar por su belleza. De manera que, viendo la parte positiva, pude comprar otros libros.

Yo empecé con la bibliofilia a la par que con la –lo llamaría diplomatofilia, pero me parece rebuscado, de manera que lo denominaré…- docufilia. Me atraían soberanamente aquellos papeles ocasionalmente y pergaminos en su mayoría, que aportaban datos históricos de tiempos pretéritos, en algunas ocasiones muy antiguos. No ha sido difícil para mí encontrar pergaminos en ocasiones de época medieval en librerías y subastas.

Los documentos antiguos tienen particularidades diferentes de los libros. Son singulares, personales y únicos. Trasmiten lo que su caligrafía indica. En algunas ocasiones los trazos rápidos indican la premura del calígrafo, en otras la delicadeza de sus letras nos indican la importancia del texto. También el soporte nos arroja información, el pergamino por su tamaño, grosor y forma nos aporta información sobre su trascendencia.

Antes de mostraros algunos de mis documentos, quiero recordar una memorable ocasión en la que se subastaron los documentos más antiguos que he visto en subasta pública en España, ya que en Londres se subastó hace más de una década una carta del Conde castellano Fernán González de 945.


La subasta a la que me refiero fue la que se realizó en Barcelona el 27 de Enero de 2000 por Subhastes en la que pudimos ver documentos del siglo X, una compraventa del año 974 y un documento de consagración firmado por el conde de Cerdaña, Oliba I del 984, tres del siglo XI, ocho del XII, nueve de XIII y numerosos del XIV y XV catalanes y aragoneses.










Después de recordar tan memorable evento os ofrezco una muestra de mi colección diplomática:
La siguiente imagen –muestro un fragmento- es de un traslado –fotocopia de la época- de un documento regio datado en 1339, se trata del nombramiento del Baile de Valencia efectuada en Cortes en Valencia en 1329 por Alfonso IV de Aragón, conocido como el Benigno. Está firmado por cinco notarios catalanes.





Este otro documento entraría dentro de la categoría de firmas reales, es un documento del 17 de noviembre de 1427 en el que Antonio Mir mercader de Tarragona paga mil florines de oro al Rey Alfonso V el Magnánimo que posteriormente le son devueltos en varios plazos. Resulta curioso la marca al agua del papel, que es una corona real, el sello de placa y la firma autógrafa del Rey, que como se aprecia esta hecha en tinta más oscura. La misma tinta que dibuja una corona sobre la “l” de Valentie, como era su costumbre.






Aquí vemos un curioso documento del 2 de febrero de 1465 en el que se informa del nombramiento del nuevo recaudador Alfonso Vazques, que según indica, recaudará las alcabalas que hasta ahora se hacian en nombre del Rey, ese año y el siguiente se harían en nombre del Conde de Lemos, firmado por Alfonso Osorio, Conde de Lemos. Esta es una de las usurpaciones de impuestos hechas en tiempo de Enrique IV de Castilla.



Y por último una hermosa bula papal emitida en Roma el 7 de Marzo de 1602, bajo el pontificado de Clemente VIII. En la parte exterior indica “Bula de Salazar”. Pero no he podido desentrañar el completo significado, tanto por el latín como por su complicada caligrafía. Solo sé que está remitida al Arzobispado de Zaragoza y que gira alrededor de un personaje llamado Juan de Salazar y que son protagonistas tanto la localidad de la Almunia de doña Godina y la Orden Hospitalaria de San Juan de Jerusalén. Promete ser interesante pero hay que dedicarle tiempo y un experto en paleografía y latín.